jueves, 15 de abril de 2010

La llave mágica (3ª parte). Por Sonia Hidalgo Sánchez

Le pregunté a mi novio que si me podía dejar sola, porque tenía que averiguar unas cosillas. Él me dijo que sí, dejó las flores sobre el escritorio y se marchó. Yo no dejaba de dar vueltas por la habitación y alguien llamo por teléfono. Era mi padre, que ya había nacido mi hermano. Yo me sorprendí mucho, ya que se me había olvidado completamente. Cogí la llave y me fui a verlo al hospital. Mi madre fue al comedor con mi padre y me dejaron sola con mi hermano. Le encontré una marca en le hombro. Era una llave idéntica a la que poseía. Me quedé muy asombrada ya que no me esperaba esa marca. Estuvo rondando por mi cabeza si mi hermano iba a sufrir algo por culpa de esa marca. Pasó un año y yo seguía custodiando la llave. Mi hermanito se llamaba Alejandro. Mi madre fue a comprar los últimos preparativos de su primer cumpleaños, y mi padre en cambio estaba trabajando así que me quedé con mi hermano. Terminé de poner los globos y mi hermano, que ya sabía hablar un poco dijo, “cadado el jarron”: (cuidado el jarrón). Yo le miré como: ¿qué pasa con el jarrón?, y 5 minutos después el jarrón se cayó solo. Yo quedé fascinada pero, de pronto ya lo entendí todo. La marca le podía facilitar ver el futuro. Mi madre llegó, dejó la compra y dijo si había pasado algo. Yo muy nerviosa le dije que no ocultándole lo pasado con mi hermano sobre el jarrón. Me fui corriendo a mi habitación y tuve una gran idea: Mi hermano me podría ayudar diciéndome cosas del futuro, imaginármelas y transportándome hasta allí en esos sueños causados por la maldita llave. A medida que pasaban los años, mi hermano desarrollaba más esos poderes, es decir mucho más impresionantes que al principio. Cuando ya tenía siete años lo cité en mi habitación y le conté la historia de la llave. El ya comprendía por qué me quedaba fijamente mirándolo cuando decía las cosas que iban a pasar cuando, a todos los demás no parecía importarles demasiado. Le dije que se concentrara mucho porque así me podría librar de aquella llave. Al principio pensé que era de nuevo otro sueño ya que, era inexplicable lo de mi hermano. Al final tenia que ser verdad porque si me iba a transportar al futuro, según las instrucciones, alguien tendría que agarrar la llave conmigo. Mi hermano me dibujó unos planos de cómo veía el futuro. Yo me lo imaginé y viajé hacia él. Allí era todo alucinante. Coches que andaban con agua y un montón de inventos.
A mi lado había un chico que sin querer me dio en el hombro. Me pidió perdón y se fue corriendo. En el suelo dejó caer una fotografía. La recogí y era el hombre de las gafas que había en el parque del pasado. Él volvió corriendo y me dijo que era suya la foto, que el que aparecía era su padre. Yo pensé que era el hijo del hombre que había en el parque del pasado de mis padres, el que había enterrado la llave y las instrucciones. Yo le pregunté que si seguía vivo para ver qué me contestaba. Él me dijo que le atropelló un coche, según le había contado su madre, Yo respondí “¡mentira!”, y él me preguntó que por qué era mentira. Yo me fui corriendo pero él me agarró de la mano cuando se me cayó la llave. Yo le pregunté que cómo se llamaba. Él me contestó que Álvaro y me hizo la misma pregunta a mí. Yo le respondí que Sonia. Él me dijo que qué hacía con esa llave. Yo le pregunté que si la conocía y él me respondió que sí. Le pregunté de qué
la conocía. Él me dijo que su padre antes de irse se la enseñó y le dijo que le podía transportar a sueños que veías en tu cabeza. Yo no me lo creí y sigo sin creérmelo. Lo
que mas me extraña es que lo tuviera él y yo no. Me dijo que si hacía el favor de dársela y yo se lo negué ya que, la primera cosa que me invente, era la llave de mi casa. Él me respondió que las llaves no existían. Se usaban unas tarjetas que abrían las puertas. Yo le dije que la mía seguía necesitando la llave. Le invité a cenar para ver si me podía ayudar a destruir aquella llave. Él me dijo que sí, que quedaríamos en un bar llamado "LO MEJOR DE LA CASA".Yo acepté. Me dijo donde estaba y a las nueve ya estaba yo en la mesa esperándole. Él se acerco y me pidió permiso para sentarse. Estuvimos hablando y le conté todo lo de la llave. Él pensaba que estaba loca, igual que su padre, porque él le había contado que tenía que destruir esa llave y que solamente contaba con dos formas: la primera destruirla en una maquina especializada en destruir llaves antiguas o, simplemente tirarla a un contenedor cualquiera de basura y, una de estas dos opciones: te llevaría a tu presente de verdad o a uno alternativo. Justamente cuando me iba a decir cuál era de cada uno le sonó el teléfono y se tenía que ir. Yo me quedé con la duda aunque no me importara mucho. Le enseñé la nota que encontré junto a la llave. Él sorprendido comprobó que era la letra de su padre, y así me empezó a creer. Le dije que nos tendríamos que ir ya a destruir la llave ya que yo tenía una vida que tenía que continuar. También le conté lo de mi hermano y me respondió que él también tenía una marca similar a la de la llave y que, también era capaz de ver no el futuro, sino el pasado. Salimos del bar y, justamente antes de salir vi a la mujer de detáas del mostrador y era la mujer que estaba en el otro bar pero mucho más vieja. A Álvaro le notaba algo extraño hacia mí cuando fuimos a buscar la depuradora de llaves, que creíamos que era la que me llevaría a mi presente. Cuando íbamos caminando hacia la
depuradora el me detuvo y me dijo que sentía algo por mí y si me podía acompañar al presente. Yo le dije que me podría acompañar pero yo ya tenía novio. A él se le quedó
una cara de decepción absoluta. Yo le dije que encantada sería mi amigo. A él se le alegró un poco la cara y juntos tiramos la llave a la depuradora. Nos envolvió de nuevo un destello azul, lo agarré de la mano y nos encontramos de nuevo en mi habitación. Sonó el timbre y yo me alegré ya que volvía a estar en mi presente. Era mi novio Micael que me traía un paquete
Yo me abalancé para abrazarlo y me preguntó que qué hacia, que el era el repartidor y me traía un paquete. Yo miré a Álvaro y comprendí que ese no era mi presente sino uno alternativo. Cogí el paquete y me fui hacia Álvaro. Nos preguntábamos: ¿cómo podríamos llegar a mi presente? y la opción que elegimos ¿no era correcta? Tenía que desentrañar cómo volver a mi presente....
HASTA LA 4ª ENTREGA.

Algo extraño. Por María José Marín Sainz

Algo extraño me sucede.
A veces un reír me anima,
y llorar me entristece.
Y otras sentir me enloquece.


Hay veces que no sé lo que me pasa,
pues recuerdos abundan en mi mente.
Pienso y pienso sin querer hacerlo,
lloro y lloro sin consentimiento.


Quiero oír:
”No te preocupes.”
Y también decir:
¿Qué es lo que quieres?


Pero yo soy la única que lo sabe,
y puede que ya lo hayáis escuchado,
pero tres cualidades son necesarias:
AMOR, CARISMA Y CORAJE.

sábado, 3 de abril de 2010

Leyenda rural. Por María José Marín Sainz.

Cuentan las lenguas ancianas, que en un pueblo minero llamado Nerva, situado junto a Riotinto, cada noche de luna llena, deambulaba una mujer vestida de luto e iba tocando a las puertas de las casas en las que habitaban mujeres viudas.
Todas ellas a la mañana siguiente decían:
- ¿Te han llamado a ti a la puerta?
El pueblo entero entró en una enorme confusión, sin saber por qué razón sucedía esto. Turistas y visitantes lo positivo siempre veían, sin embargo las personas natales eran las que sufrían.
Os preguntaréis qué quiero decir con esto y es muy sencillo: al oir esta leyenda intenté sacar mis propias conclusiones. Dicha mujer de luto, intentaba dar a entender el trabajo y esfuerzo, que antiguamente los hombres realizaban por el tema de extracción de minerales, es decir, intentaba llegar a conseguir un menor peligro, un adelanto, por medio de la tecnología. La mejora del tipo de trabajo y esfuerzo, ya que por esto, la mayoría de los trabajadores que practicaban este oficio, morían. Era como una manifestación. Por ello, actualmente, en Nerva, van a abrir las minas tal y como pidió la mujer de luto, cuyo nombre y procedencia se desconoce.




¿PENSÁIS QUE ES VERDAD?

Cuento Infernal. Por Cristina Rodríguez

Una tarde, en otoño, llegó al pueblo abandonado un viajero que se había equivocado de camino. Llamó dubitativamente a la puerta de la primera cabaña y entonces viendo que nadie le respondía, siguió caminando hacia la siguiente puerta viendo que nadie abría y fue llamando hasta la última puerta. Como estaba tan cansado del viaje y en la aldea no había señal de que hubiera nadie, decidió pasar al interior de una de las cabañas que estaba abierta. Su aspecto era desordenado pero limpio. De sus paredes colgaban pieles y cuernos de animales, por lo que su dueño debía ser un hombre que se dedicara a la caza. Esa fue la conclusión que sacó el viajero. El caminante se encontraba cansado y hambriento. En su macuto no tenía nada para comer por lo que decidió mirar si en la casa había algo. No encontró nada, por eso salio al bosque a buscar algo. Cazó un conejo y arrancó unas raíces, volviendo luego a la cabaña para poder hacer la comida. Durante la vuelta a la cabaña se sintió vigilado. No dejaba de mirar hacia los arbustos pero no veía nada entre ellos. Sintió un poco de miedo. Entonces se aligeró para llegar rápido a la cabaña, ya que estaba anocheciendo. Cuando llegó, cerró la puerta atrancándola para que nadie pudiera entrar y se puso a cocinar. Mientras lo hacía no dejaba de tener la sensación de que algo o alguien lo vigilaba, por lo que su intranquilidad se hizo mayor cada instante. Queriendo calmar los nervios que tenía el viajero trató de convencerse de que todo era fruto de su imaginación y cansancio y se puso a comer lo que había cazado. Le parecía un gran banquete, pues llevaba todo el día sin comer, una vez que terminó se puso cómodo en algo que parecía una cama, pero los ruidos que venían del exterior de la cabaña no le dejaban dormir. Su miedo fue creciendo a medida que los ruidos se acercaban cada vez más a la cabaña por lo que decidió mirar por una pequeña ventana llevándose el mayor susto de su vida, pues vio lo que a él le parecieron fantasmas. La aldea parecía haber cobrado vida: se veían mujeres, niños y hombres cargados con animales que acababan de cazar. Su pánico fue creciendo ya que todos parecían seres salidos de una tumba. De pronto despertó empapado en sudor: sólo había sido un sueño. Recordó que estaba en un albergue para viajeros y que había cenado mucho esa noche, pensó que no debería hacer cenado tanto esa noche pero todo fue debido a la pesada digestión, menos mal que había sido un sueño.

Betis - Rayo Vallecano. Por Manuel Jiménez Marchena

REAL BETIS 3 - RAYO 1



El Real Betis se aseguró muy pronto el partido marcando un gol en el minuto 15 y otro en el 20, aproximadamente. Marcaron Jonatan Pereira y Achille Emaná. El tercero también fue obra de“Jonny”.
Yo creo que han sido unos tres millones cuatrocientos mil euros bien invertidos en él. Los sesenta primeros minutos fueron un espectáculo de juego al toque y muy vistoso. El árbitro pasó desapercibido excepto en el último minuto que pitó un penalti, bien pitado pero que hizo repetir dos veces.
Con el pinchazo del Numancia ante la Real Sociedad y el empate del Levante ante el Murcia, el Betis se pone cuarto a tres puntos del ascenso. Con la llegada de Víctor Fernández al banquillo bético, el Real Betis lleva sin perder las últimas seis jornadas con tres empates y tres victorias (estas últimas ante Rayo,Cartagena y Córdoba.)


El Betis cada vez está mas cerca de su objetivo: el ascenso. Creo que puede conseguirlo.

Historia del Castillo Smiller. Por María José Esmeralda Díaz de Argandoña

Érase una vez una mujer llamada Nerea, que vivía feliz en un castillo de Nueva Zelanda y un hombre llamado Fran que también vivía en Nueva Zelanda.

Nerea era una humilde limpiadora del castillo Smiller en nueva Zelanda y Fran era un príncipe, también del mismo castillo. Nerea era la limpiadora del castillo y se había enamorado del príncipe pero ella decía que  era un amor imposible. El príncipe no se fijaba en ella y nada más hacía mandarle  a limpiar baños etc.… Ya que era un hombre sin escrúpulos, es decir, no tenía compasión con nadie.
El príncipe se tenía que casar con una mujer antes de que el rey delegara su corona. El rey ya había concertado a algunas pretendientas, pero que no le querían, en realidad solo le querían por su dinero. El príncipe conoció a una muchacha llamada Marta en un baile y pensaba que hasta que encontrara el amor verdadero le serviría para no perder la corona.


2 MESES DESPUÉS


Cuando se enteró Nerea de que el príncipe se iba a casar se quería morir. Sus amigos, también limpiadores del castillo Smiller, le daban ánimos, pero como Nerea llevaba enamorada del príncipe desde que llegó al  castillo como sirvienta, Nerea no se lo podía creer. Encima el príncipe ordenó a Nerea que ayudase a Marta con los preparativos de la boda y eso le dolería más aun que saber que se iban a casar.
Nerea le ayudó a elegir el vestido. Mientras tanto, Nerea escribía en un diario secreto todo lo que amaba al príncipe.
Un día, mientras Nerea estaba ayudando a Marta a ponerse el vestido de novia, se le cayó el diario y, como ella no se había dado cuenta, Marta disimuladamente lo cogió y empezó a leerlo. Leyó que Nerea quería con locura al príncipe y que nunca lo iba a olvidar Marta rápidamente fue al rey para que echaran a Nerea, pero el rey dijo: “Primero se lo preguntaremos a ella a ver que dice.”
Nerea dijo que no creía que fuera malo querer al príncipe, que era su gusto, pero que nunca le iba a quitar a Marta el príncipe.
El príncipe se enteró de que Nerea le amaba y pensó que si se casaba con ella tendría un futuro mas digno que con una que lo quería por su dinero. Y esa misma noche le dijo a Nerea que quería casarse con ella y a Marta que la odiaba.
Nerea como era normal contestó que sí, que por supuesto. El padre del príncipe se lo negó, pero el príncipe decía que prefería casarse con una plebeya, en vez de con una que sólo lo quería por su dinero. Nerea estaba muy contenta y el vestido que había elegido para Marta se lo puso ella y se casó con él.
El príncipe, aunque un poco amargado por la incomprensión de su padre, se casó y fue el hombre más feliz del mundo. Su padre no tuvo otra elección que legarle la corona, ya que no tenía más hijos y el príncipe, ya rey de Nueva Zelanda, tuvo tres hijos, a los que llamó: Pepe, Juan y Elena. Los tres vivieron muy felices y Nerea ordenó a Marta que fuera la sirvienta.

jueves, 1 de abril de 2010

Poema. Adivinanza. Por Esperanza Guerrero Gil.


En un lugar de la Mancha

de cuyo nombre no quiero acordarme,

vive un hombre con panza

y su burrito es el mas grande.

¿Quién es?

Sancho Panza.

La momeda del deseo. Por María Rodríguez Abeja.

Hace mucho tiempo vivía en la ciudad de Frankfurt una niña llamada María. Tenía unos 13 años. Era morena y alta y su mayor pasión era escuchar música. Un día María iba por la calle hablando de música con su amigo Zac, un niño de 14 años alto y rubio al cual conocía de toda la vida, y, de repente, María se paró, se encontró una moneda y la cogió. Zac le preguntó qué era lo que había encontrado. María le dijo que no sabía bien lo que era, pero creía que era una moneda. Se la guardó.



Cuando llegaron a una casa antigua, María observó que en la entrada de la casa había una huella de una moneda. Zac le dijo que pusiera ahí la moneda a ver si cabía. Ella le preguntó que por qué quería que la pusiera allí. Él le contestó que hacía tiempo leyó en un libro:

“Aquel que disponga de esta moneda será afortunado con gran riqueza y felicidad,
y todos sus sueños reales se harán”.

María le afirmó que la pondría allí. Pero antes de ponerla, le preguntó a Zac que cuáles eran sus deseos. Este le dijo que la quería desde pequeño y siempre había querido decírselo, pero tenía miedo y no se atrevía por lo que, al saber lo del libro, quiso que la pusiera para poder pedir estar con ella. María se emocionó pues siempre había guardado el mismo deseo: ambos se querían, pero nunca tuvieron el valor de decirlo.


Antes de colocar la moneda Zac la besó. María nerviosa colocó la moneda y de repente entraron en la casa. Ella le preguntó si sabían dónde estaban. Zac le contestó que según decía el libro aquello era el Lúgubre Fot, un lugar donde empiezan tus sueños aunque también se pueden acabar. María asustada le dijo que justamente ahora no quería estar con los muertos ya que era su mejor día. Zac le dijo que él tampoco quería que pasara nada, pero que si pasara, al menos estarían juntos. Los dos siguieron adelante y se encontraron en una enorme habitación y en el interior vieron a sus antepasados. A los dos les dio algo de miedo, pero siguieron adelante. De repente a Zac se le apareció su abuela, que le dijo:

Al entrar y salir crecerá tu corazón y conseguirás tus deseos cumplir.

Mientras María miraba asustada a su alrededor, Zac le contó lo que había sucedido: que vio a su abuela y la frase que esta le dijo. Ella se quedó pensativa y le dijo que quizás su abuela tendría algo que ver con lo que les pasó.


Más tarde aparecieron en un bosque en el que había muchas tumbas. De repente aparecieron dos jóvenes espíritus semejantes a ellos. María se asustó pues pensó que eran ellos los espíritus. Se acercaron y les dijeron que les dieran la moneda o morirían. Zac dijo:

No morirá nadie porque nadie romperá el amor que hay entre nosotros,
y al entrar y salir crecerá tu corazón y conseguirás tus deseos cumplir.

Entonces salieron y aparecieron en la entrada de la casa. Él le preguntó si estaba bien y ella le dijo que sí.


Ambos se encontraban bien y se fueron corriendo a un parque. Allí se besaron para seguir juntos. Allí se juraron amor eterno y jamás lo rompieron por nada ni nadie.

Haikus. Por Mabel Hernández Aranda

Quien serás, lo sé…
Cómo serás, también.
Un día feliz


Hoy es así:
Te quiero más que ayer.
Estoy feliz.


Estornudo, y
Estoy caliente:
Resfriado es.


¡Qué ocurrencias!
Sólo quieres diversión…
Mala idea.



Las flores nacen,
Los árboles se hacen,
Cuando tú pasas.


Llueve cantidad,
Eso que es verano:
Son mis lágrimas.

Sin nombre. Por Miriam León Silva.

Érase una vez una niña que era muy especial. Su nombre todavía no puede ser mencionado, pero lo que sí podemos decir de ella es que era unas de las niñas más lindas del pueblo. Un día ella tuvo que ir a comprar, pero como era muda los habitantes del pueblo sentían muchísima pena por ella. Además era tan linda que su voz tendría que ser canto de ángel. Su madre la había mandado a comprar pan, leche, azúcar, etc. Cuando llego a su casa un terrorífico miedo le recorrió todo el cuerpo y el alma. Era una minotauro que había matado a toda su familia despiadadamente. Toda la sangre estaba por las paredes, etc. La niña sintió tal sufrimiento y tal dolor que chilló. Cuando notó su voz no podía creerlo, pero esa alegría no podía llenar el vacío de la perdida de toda su familia. El minotauro le dijo: “Ese chillido te ha salido gracias a mí. Te doy a elegir entre tu familia o tu voz. La niña pensó pero antes de que diera su respuesta el minotauro le enseñó cómo sería con voz: una cantante estilosa con mucho talento y mucho dinero. Pero ante todo seguía echando de menos a su familia. La niña no tuvo ni que pensarlo. Cuando dijo lo que quería el minotauro le exigió algo más a cambio de recuperar a su familia: su bellísimo nombre. La niña aceptó y el minotauro se fue con su nombre. La niña volvió a estar con su familia pero sin lo que le quedaba de ella, y desde entonces su nombre es Nomen nescio que significa en español sin nombre.

El dragón de tres cabezas y la mujer perdida. Por Iván Jiménez Marchena

Una tarde, en otoño, llegó al pueblo abandonado un viajero que se habia equivocado de camino. Llamó dubitativamente a la puerta de la primera cabaña y entonces salio una mujer con un corriendo con un bazoka del que por arriba le salía un dragón de 3 cabezas y se fue. La mujer y el hombre estuvieron hablando y la mujer se llamaba Underwork y el hombre Machupichu. Al día siguiente fueron al castillo de la mujer y ahí le contó que habían muerto su padre y su madre por culpa del dragón de 3 cabezas. Entonces salieron y el dragón de 3 cabezas se llevó a Underwork a su cueva y Machupichu fue a rescatarla. Llegó y entró. Ya adentro vio a Underwork amarrada a una silla porque el dragón tenía manos. Cuando la iba a sacar vieron al dragón de 3 cabezas y Machupichu saco el bazoka de Underwork, y mató al dragón. Y fueron al castillo de Underwork y se querían casar en Sevilla. Pasaron 5 años...Se casaron y tuvieron 4 hijos y, ¿el dragón estaba muerto o no?

Real Madrid - Sevilla. Por Francisco José Ramírez Roldán

REAL MADRID – SEVILLA F.C.


ESTADIO: Santiago Bernabéu
ÁRBITRO :Iturralde González


El partido empezó muy bien para el Sevilla, poniéndose por delante en el marcador haciendo el primer gol en el minuto 10, obra de el jugador madridista Xabi Alonso en propia meta (0-1). El Sevilla se fue creciendo poco a poco y a relajarse, así nos fuimos al descanso.
Ya en la segunda parte, el Madrid prestó un poco más de interés por marcar, pero de nuevo se impuso el Sevilla en el minuto 52, de falta, en la que el portero Casillas se despistó. Fue un gol obra de Dragutinovic (0-2)
Pero el Sevilla se relajó y a los pocos minutos el Madrid marcó un gol en una falta mal pitada por el árbitro, en el minuto 59. El gol fue obra de Cristiano Ronaldo (1-2).
A los dos minutos marcó de nuevo, obra de Sergio Ramos, en un cabezazo tras un córner, en el minuto 61 (2-2).


El Sevilla intentó volver a ponerse por encima del marcador, pero ya era demasiado tarde, sólo faltaban 10 minutos para poder hacer algo. Cuando terminó el tiempo reglamentario añadieron 4 minutos y, finalmente, el Madrid se llevó el gato al agua, un gol que le dio la victoria al Madrid, obra de el jugador Van der Vart, al rebañar un rechace del portero Andrés Palop (3-2).


El partido fue interesante para los madridistas , pero a nosotros los sevillistas no nos gustó nada.

Betis - Rayo Vallecano. Por Mario Pérez González

Real Betis Balompié 3 - Rayo Vallecano 1


Hoy haré un comentario del partido del Real Betis Balompié y Rayo Vallecano. Para mí este ha sido un encuentro clave para que el Real Betis pudiera luchar por el ascenso, el equipo andaluz sacó los 3 puntos ante un Rayo muy débil.
El conjunto de Víctor Fernández marcó 3 tantos , conseguidos por Jonatan Pereira, Achille Emaná y, de nuevo, Jonatan. El claro protagonista ha sido el gallego , Jonatan , que realizó dos de los tantos del conjunto heliopolitano.
En cambio , el conjunto de Vallecas, dirigido por Felipe Miñambres, no tuvo apenas oportunidad de traspasar la defensa bética , aunque acabó marcando en el descuento un tanto de penalti que transformo en gol "Piti", que solo sirvió para adornar el marcador.


Creo que este partido estaba ganado desde el principio. El Rayo Vallecano estuvo asustado durante todo el encuentro y bastante cerrado atrás. El Betis está haciendo un juego muy bonito y bastante bueno, y la afición lo valora. La afición estuvo fantástica desde el comienzo y no paró de animar hasta el final.


Juanma , Nacho y el citado Jonatan Pereira fueron para mí los mejores del partido.

viernes, 26 de marzo de 2010

Haikus. Por Mabel Hernández Aranda

Tu y yo juntos.

La noche es clara,

ya se acaba.



Es invierno.

Llueve demasiado.

Ojalá nieve.



Primavera es.

Estamos en las dunas

de Huelva y Cádiz.

domingo, 21 de marzo de 2010

El trofeo de la libertad. Por Rosa María Lozano Camacho.

Me dirigía hacia el buzón para recoger el correo, cuando al coger las cartas de su interior encontré una carta de mi hermana Sitabi, que me anunciaba la enfermedad de nuestro padre. Después de leer la carta decidí coger el primer vuelo que saliera hacia la India para poder reunirme con mi hermana y ayudarla. Dejé una nota a mi marido y me dirigí hacia el aeropuerto lo más rápido que pude. Una vez en el interior del avión recordé aquellos momentos en los que mi padre fue tan cruel conmigo, mi madre y mi hermana, y llegué a la conclusión de que en mi cabeza no se almacenaba ningún recuerdo bueno de mi padre, ya que su mente machista no le dejaba comportarse adecuadamente con ninguna mujer. Llegué a la India al atardecer y cogí un tren hacia mi barrio natal de Kalgaon- Thadi. Al llegar me llevé una sorpresa, ya que estéticamente el barrio no había cambiado mucho: su aspecto pobre y sus casas ruinosas me hicieron recordar muchísimas tardes de mi juventud. Tras callejear un poco llegué a la única casa azul del barrio, mi casa. Abrí la cortina que desempeñaba la función de puerta y allí encontré a mi hermana que estaba sentada en una pequeña silla. Me acerqué por la espalda y la abracé. Rápidamente ella se levantó y ambas nos fundimos en un cariñoso abrazo. No me esperaba, pero me invitó a sentarme y, aunque intentamos evitar el tema de mi juventud, no tuvimos más remedio que hablar de aquella conversación tabú para mí. Nos miramos y fui yo la que comenzó a recordar: Un doce de mayo caluroso, fue el día en que nací causando un grave problema para mi padre, ya que creía que sería un chico y no una chica el bebé que nacería. A los cinco días de nacer mis padres tuvieron una pequeña discusión, ya que mi padre echaba la culpa a mi madre de que yo fuera chica, y mi madre no soportaba que mi propio padre le faltara el respeto a su hija de cinco días y a mi hermana. Mi padre no quería hacerse cargo de mí, ni tampoco quería ponerme un nombre; pero mi madre se encargó totalmente de mí, y por eso decidió ponerme el nombre de mi abuela Asha. Con tan solo seis años sería la criada de mi tío y mi padre, pero mi madre, una mujer espectacular, nos llevaba lunes, miércoles y viernes a unas clases de danza árabe, donde lo pasábamos genial durante dos horas. Por supuesto, íbamos a escondidas de mi padre. Pero a los dieciséis años tuve una fuerte discusión con mi padre y decidí irme, me despedí de mi madre y me marché. Cogí el único autobús que unía el centro de la ciudad con mi barrio, y una vez que estuve en el centro de la ciudad caminé hasta la estación de tren, donde cogería un tren para llegar a la frontera del continente asiático con el continente europeo. Al llegar a mi destino me esperaban dos largos días sin comer y sin dormir para conseguir llegar al continente europeo, clandestinamente por supuesto. Y por fin conseguí llegar a un país europeo, Ucrania, donde haciendo autostop llegué hasta un aeropuerto y cogí el primer avión que salía. Y eso hice, cogí el avión que me llevó a Viena, donde reconstruiría mi vida fuera de la esclavitud, el machismo y las continuas faltas de respeto. Después de siete horas de avión llegué a Viena. Estaba un poco asustada, sin dinero, hambrienta y cansada. Estuve andando hasta que encontré un hostal barato, donde podría pasar la noche. Al día siguiente, muy temprano, me levanté y fui a buscar trabajo, aunque el idioma resultó un obstáculo. Hasta que después de tanto buscar me aceptaron para ser cocinera en un restaurante. Estuve un año en Viena. Había aprendido un poco el idioma y había conocido a un profesor de música de un colegio privado. Creí que sería el hombre de mi vida, pero no fue más que otro hombre con pensamientos machistas y con una gran afición a la bebida. Así que decidí irme de Viena, y tras mucho pensar decidí irme a Italia. Decidí vivir en barrios cercanos a la playa para que encontrar trabajo me resultara un poco más fácil, y ciertamente así fue. A los dos días, un capitán que buscaba tripulación para su barco me contrató como limpiadora, aunque no fue fácil, ya que no quería mujeres para su tripulación. A los dos días zarpó el barco “Roma” conmigo dentro, y no volvería a pisar tierra firme hasta pasado un mes. Me pasaba los días cocinando y fregando la cubierta, aunque era divertido pasar la noche con todos los pescadores, cantando y bailando sin parar. Había un pescador que me trataba con más amabilidad que lo demás, se llamaba Piero, y siempre que tenía tiempo libre me enseñaba el idioma o me gastaba bromas. Después de dos años y muchísimas anécdotas con los pescadores, decidí dejar mi puesto de trabajo y buscar algo mejor. Lo que yo no sabía es que Piero me buscaría para quedar y conquistarme cada vez más, hasta el punto de que actualmente es mi marido. Paradojas de la vida: ahora tengo que cuidar al hombre enfermo que no me aceptaba como hija, pero he conseguido la vida que quiero.

Una historia real. Por Paloma Alexandra Canca Pérez

Todo comenzó el día 6 de mayo de 2008. Estaba yo en mi casa del campo, y vinieron a visitarme mis dos hermanos con sus esposas e hijos. Yo me encontraba jugando con mis primos y sobrinos, hasta que llegó un conocido a mi casa que se llamaba Antonio y era conocido como "El pintor". Nos preguntó a mi prima Elena, de catorce años, y a mí, que si habíamos visto a su perro que se le había perdido. Le contestamos que sí, que se coló en mi casa pero al rato se fue. Cuando este se marchó, le pregunté a mi prima que si íbamos a buscar el perro con la moto. Ella me contestó que sí. Mientras íbamos a coger la moto mi primo Abraham, de cinco años, se enteró y quiso venir con nosotras. Yo no quería pero se puso a llorar, así que fuimos todos juntos. Cuando estábamos dando vueltas vimos a lo lejos una cosa blanca que se movía, nos acercamos y en ese momento cogimos una zanja que había en la mitad del camino y nos caímos de la moto. Yo caí directamente en el suelo, mi primo encima mía y mi prima en lo alto de los dos. Elena con rapidez quitó la moto de encima, y nos levantó del suelo. Yo tenía mucha sangre en la boca, y en otras partes de mi cuerpo. Mi primo asustado se fue corriendo sin saber donde iba. Mi prima intentó consolarme pero yo estaba demasiado asustada, de repente llegó mi tío, el padre de Abraham, y me cogió en brazos, llevándome hacía mi casa. Allí cogimos el coche de mi hermano Isaac y me llevaron a la clínica Santa Isabel. Una vez en urgencias me curaron las heridas, y me dieron varios puntos de sutura en la barbilla. Se portaron maravillosamente bien en la clínica y los puntos que me dieron no me dolieron mucho. Cuando llegamos a mi casa, yo quería ver a mis primos y saber cómo estaban: mi primo tenía las manos llenas de heridas y mi prima tenia un moratón como una naranja de grande en la pierna. A mí fue a la que más le afectó la caida. Vinieron muchas personas a visitarme y me traían regalos. Pasados los días me iba recuperando, y me quitaron los puntos, ya podía andar pero no podía correr ni jugar pues me dolían mucho las heridas. El día antes de mi comunión conseguí correr y saltar como antes lo hacía, pero me quedaron varias cicatrices.

La historia más sangrienta. Por Álvaro Gómez Vico.

Una tarde, en otoño, llegó al pueblo un viajero que se había equivocado en el camino. Llamó dubitativamente a la puerta de la primera cabaña y entonces un hombre le abrió la puerta y se metió para adentro. Tenia la cara deformada, al ver a aquel hombre comiéndose un hígado supuestamente humano, salió corriendo de aquella casa infernal, se adentró en el bosque y cogió un tronco y se lo estampó contra la cara, aprovechó el descuido y le metió un puñetazo en la boca. Se quedó paralizado al ver que aquel hombre era su mejor amigo, y le contó que el hígado era de vaca y el cuerpo, que había junto a él, un muñeco El viajero se quedó más tranquilo y entraron en la casa. Cuando entró le dio un aire infernal que se estampó contra su cara con una fuerza increíble. Pensó que era un fantasma pero se decidió a no pensar cosas así. Él le dijo que le esperara en el salón mientras hacía unas cosas. La inquietud le llevó a asomarse por la ranura de la llave y vio algo inexplicable: lo vio luchando con una catana contra dos bestias. Al principio parecía que iba a morir devorado por ellas, pero luchó, los mató y después devoró sus tripas con una satisfacción increíble. Aquello le revolvió el estómago y no pudo aguantar más, intentó abrir la puerta pero estaba cerrada por fuera con llave. Asustado reventó la ventana a puñetazos e intentó salir por la ventana, pero algo le cogió del cuello y le empotró contra el techo. Estaba asustado. No sabía qué hacer hasta que el asesino le pegó un puñetazo en la nuca y se quedó inconsciente. Se despertó en el sótano y estaba amarrado con una cadena a una tubería. A su lado había cinco mujeres y cuatro hombres. Venía todas las noches y se llevaba a dos de las mujeres, y las violaba en una habitación. Cada vez que se las llevaba no dejaban de gritar. Siempre que salían de allí había un olor horrible. El hombre deformado se hartó de ellas y decidió quitarles las cadenas a las mujeres, que se fueron corriendo, esperanzadas, de aquel sitio, pero algo horrible les esperaba arriba. Era una bestia aun más fea que el otro, mucho más fuerte y tenía el cuerpo lleno de heridas infectadas de pús: a simple vista parecía un zombie. No volvimos a saber nada de ellas, lo único que escuchamos fue un terrible grito de espanto. Llevábamos un mes allí abajo alimentándonos de ratas y de nuestros propios excrementos. Llegó un momento en que pensábamos que todas las bestias y zombies habían muerto, pues una noche entraron un grupo de militares y aquello se convirtió en una matanza. Varios militares se introdujeron en otros sótanos y mataron a cientos de zombies . Aquello era increíble: toda la casa estaba llena de zombies corriendo de un lado para otro pues sabían que los militares los aniquilarían. Se llevaron tres días matando zombies, hasta que varias bestias se comieron a todos los militares menos a tres soldados que se escondieron en el sótano con los prisioneros. Los militares los desataron y les dieron pistolas y porras a los cinco hombres. Una bestia abrió la puerta y se metió allí con una motosierra. Mató a sangre fría a cuatro muchachos y uno de los militares subió rápidamente al cuarto de estar, cogió varias catanas y se fue para el sótano. Ellos no podían con él, así que le metí una catana por la nuca y lo dejé en el sitio. Los cuatro subimos rápidamente y encontramos puertas y ventanas tapiadas con ladrillos. Todo el suelo estaba lleno de cadáveres podridos y un montón de sangre y tripas. Habían escapado un montón de zombies y todavía había más sótanos llenos de ellos. Todas las bestias estaban muertas porque los zombies descuartizaron a cada bestia, se creían que los zombies nada más que se alimentarían de humanos pero no fue así . Las bestias se iban a otras ciudades y ponían bombas lacrimógenas con grandes dosis de cloroformo en cada escalera, así seria mas fácil transportarlos, después les inyectaban venenos y líquidos muy fuertes y después los dejaban en los sótanos para que se matasen unos a otros. Las bestias tenían sus propios humanos para alimentarse. Los cuatro encontraron un pasillo subterráneo que daba al bosque y que medía más de cincuenta kilómetros y emprendieron una caminata hasta llegar al final del pasillo. Ahora el peligro era que había más de ochenta zombies corriendo por el bosque, pero no era cierto: otro grupo de militares más numeroso mató a todos los zombies y, de repente, escuchamos una fuerte explosión que venía de la casa y vimos cómo se hacía pedazos. Los tres militares le contaron al hombre que aquellas bestias habían matado a más de diecisiete mil personas y que tenían a más de cuatro mil zombies encerrados en los sótanos.

viernes, 12 de marzo de 2010

Crítica literaria de El niño con el pijama de rayas. Por María José Marín Sainz

Voy a realizar una crítica sobre un libro llamado "El niño con el pijama de rayas". En general, trata sobre una familia que, debido a ofertas de trabajo para el padre, deciden mudarse a una casa en el campo. El padre trabajaba en un campo de concentración y era una de esas personas encargadas de dar muerte a los judíos. Al principio, Bruno, el personaje principal, que era hijo de este señor, no acababa por acostumbrarse a este extraño lugar. Hasta que un día decide investigar y lo hace al descubrir una valla separando dicha cerca de un extenso terreno, donde se encontraban miles y miles de personas, vestidas todas a rayas, que es lo que el libro define como pijamas de rayas. Siguiendo la historia, Bruno ve a un niño con la vestimenta citada anteriormente y llegaron a hacerse tan amigos que decidieron enseñarse el uno al otro dónde vivían. Finalmente lo aclararon y ambos visitaron a la familia del otro niño y sus costumbres por medio del uso de la misma vestimenta. En fin, así se hizo. Bruno tenía otra idea de la vida de su amigo. No entendía por qué la gente estaba tan nerviosa. El final fue impactante, pues en un descuido los dos niños fueron arrastrados por esa gran masa de gente y los introdujeron en una cámara, donde murieron asfixiados. MI OPINIÓN Sinceramente para mí ha sido uno de los libros más extraordinarios que he leído, pues me gusta, porque demuestra lo sucedido en ese momento y ese detalle del padre y lo que hacía con los judíos. Aunque nunca habría imaginado que su hijo también fue víctima de esa masacre.

miércoles, 10 de marzo de 2010

2ª parte de La llave mágica. Por Sonia Hidalgo Sánchez

No me podia creer que estuviera de nuevo en mi habitación, pero me dirigí a la ventana a mirar un poco para refrescarme pero todo era muy raro.Todo el mundo llevaba unas ropas muy raras,como si fueran de la antiguedad. Mi cuarto de repente cambió a ser todo muy antiguo, pero la llave seguía siendo reluciente e intacta. Vi en el calendario que tenia en mi habitación y era uno de diciembre de 1854. Bajé a la calle y justamente cuando me disponía a caminar vi un rostro que me resultaba muy familiar. Le pregunté la hora para disimular un poco y en efecto: era mi madre, aunque mucho más joven. Se llamaba María del Mar y me contestó como dudando si me conocía de algo, pero las ropas que yo llevaba era del futuro. Eso le resultaría extraño. Ella se disponía a acompañarme a comprar algo de ropa de esa época, pero en ese momento pasó por delante muestra un joven muy apuesto. María del Mar se quedó embobada, ya que se veía que le gustaba. Yo me di cuenta de que era mi padre ya que él me había enseñado fotos de cuando era más joven.En ese momento me acordé de la llave, que era la que me había traido hasta allí.Quise subir rápidamente a coger la llave, pero mi madre me lo impidió ya que, si iba una mujer sola por los callejones lo más probable era que le pasara algo. Entonces le dije a mi madre que me acompañara hasta mi casa a coger una cosa. Ella extrañada me preguntó qué cosa era. Yo le dije que un libro que tenía ganas de leer mientras íbamos en el coche de caballo, ya que no había autobuses en esa época. Cuando fui a mi habitación estuve buscando la llave por todos sitios. En ese momento vi una sombra que se fue corriendo. Quise seguirla para ver quién era y qué hacía en mi habitación. Se metió en el armario y justamente cuando la iba a abrir mi madre que agarró de la mano y me preguntó qué hacia, que si nos íbamos ya. Yo le dije que vale, mientras me resfregaba los ojos del asombro y de la extrañeza. Me compré un poco de ropa de aquella época para disimular y, cuando llegué a mi habitación me faltaban un montón de cosas, entre ellas la llave. Me empecé a preocupar ya que tenía que investigar qué hacía esa llave que me volvía al pasado o a sueños tan raros, aunque en este momento no sabía exactamente si estaba en un sueño, o en la realidad o si aquella historia de antes era verdad o simplemente otro sueño. Tenia que desentrañar aquel misterio que no podía dejar pasar, ya que yo sólo quería retomar mi vida de antes. De nuevo vi un papel sobre la repisa donde ponía: “Hoy a las 19.20 reunión debajo del puente Alaclana”. A las 19.10 fui a esconderme. Esperé unos diez minutos y allí apareció un hombre muy raro. Este le entregó en un pañuelo la llave,j unto a libros y comida del futuro, o sea, que ese hombre era el que me habia robado. El hombre estaba encapuchado y con unas gafas de sol hasta la frente y salió corriendo. Yo entre los matorrales salí justamente detrás de él a ver lo que hacía. Se fue al parque de Pensilvania, y junto con la llave, que enterró, dejo un papel. Cuando se aseguró que nadie miraba se fue de nuevo corriendo.Yo desenterré la llave y el papel donde ponía: “Enhorabuena, has encontrado una de las cosas más valiosas del mundo, tienes que tener mucho cuidado porque es capaz de leer la mente y trasportarnos a lugares o ideas que queramos. Sólamente para ir hasta ellas teníamos que coger la llave en nuestra mano, piensa lo que queremos y volvemos otra vez desde el principio de algo.También si poseias mucho tiempo esa llave,esta todo lo que pensabas, ya esté encima de la mano o no, te transportaba a tus sueños.Yo ya entedí todo, ya que yo quería ver cómo estaba en la época de mi madre. En letra muy pequeña también ponía las instrucciones para saber cómo volver de aquellos sueños a la realidad. Tenías que buscar a alguien de aquel sueño y coger los dos la llave y un destello azul te envolvería y te transportaba a la realidad. Sólamente te acordarías tú, ya que la otra persona que lo cogiera pensaría que era un simple sueño. Después ponía: por último quiero que conserves esta llave y que ya en tu presente vayas al futuro a destrozarla, ya que así volverás de inmediato al presente, pero puede ser uno alternativo o el de verdad, según cómo destruyas la llave. Recuerda que la imaginación es muy importante y te puede llevar a caminos inéditos. Gracias por hacerlo, ya que yo no puedo irme de aquí, porque soy un personaje del futuro que no hizo caso a las instrucciones y me quedé en este pasado. Entonces yo me dirigí corriendo a la casa de mi madre. No estaba. Solamente se encontraba mi tía Sonia. Ella se quedó sin palabras ya que decían que cuando mi tía era más joven, yo era idéntica a ella. Me dijo que había salido con mi padre a un bar conocido. Ella me aocmpañó hasta la puerta de aquel bar. Yo se lo agradecí y me preguntó que quién era. Yo le dije que una amiga de su hermana. Cuando entré mi padre le pedía matrimonio a mi madre y ella aceptó. Cuando pasaron unos diez minutos, le dije que si me podia acompañar cinco minutos al parque y que, mi padre la podia acompañar. Él aceptó e hicimos todo lo que decían las instrucciones y el destello azul me envolvió. Y...¡¡¡DING DONG!!! Era mi novio Micael que me traía unas flores y ¿¿¿¡¡¡por fin de nuevo en mi habitación!!!??? Tenía que descubrir cómo ir al futuro.... HASTA LA 3ª ENTREGA.

martes, 9 de marzo de 2010

Historia de amor. Por María José Esmeralda Díaz de Argandoña.

< strong>Había una vez una mujer en Londres llamada Sonia que vivía muy feliz ayudando en la guerra como enfermera. Mientras Sonia estaba ayudando a un hombre que venía con unas heridas horribles, el jefe de la tropa dijo: “Vamos que trasladarnos a América.” Sonia no estaba muy contenta con el traslado pero se tenía que conformar. Allí Sonia no conocía a nadie, y un hombre que estaba allí ayudando le preguntó: -¿Usted no es de aquí, verdad? Y Sonia contestó: - No. ¿Por qué? Y él le respondió: - Porque yo, cuando vine aquí trasladado como usted, no conocía a nadie y me encontré tan extrañado como usted. Ella dijo: “Por favor, tutéame”. Ya entonces el hombre, llamado Javi, se había enamorado perdidamente de Sonia y cada vez que veía a Sonia le intentaba sacar conversación para ver sus ojos de color azules como el cielo. A Sonia no le parecía demasiado atractivo que digamos, pero ella siempre seguía un lema: “Fíjate en el interior que vale más que el exterior.” Y por eso a ella, como lo había visto muy buena persona, le estaba empezando a gustar, pero ella quería nada más centrarse en su trabajo que para eso ella estaba allí, no para amores. Un día Javi le dijo a Sonia que estaba muy enamorado de ella. Sonia, aunque no sabía que decir, le contestó que a ella también le gustaba pero que quería centrarse en su trabajo. Y él le contestó: “Yo esperaré lo que haga falta por ti”. Pasaron 2 meses y llegó la hora en la que Sonia tenía que volver a Londres, pero Sonia no contestó a Javi. Después de unos pocos de años Javi pensó que Sonia era el amor de su vida y que no iba a esperar más y que iba a buscarla a Londres. Javi, después de tres días buscando a Sonia por Londres, la encontró y le dijo: Sonia nunca me dijiste tu respuesta y para eso estoy aquí, para que me contestes. Sonia en ese momento no sabía qué hacer pues ya se había olvidado de Javi, y ya incluso tenía dos hijas con su marido Jose. Sonia le dijo Javi: “Lo siento, pero yo aún no me había olvidado de ti”. A los pocos meses en la tele salió que en América habían muerto muchos ayudantes. En ese momento Sonia decidió llamar al jefe de la tropa ya que había guardado el número por si acaso ella tenía que ayudar. Cuando llamó, el jefe de la tropa dijo que Javi había muerto pero que antes de morir le dio un mensaje para ella, por si alguna vez le llamaba. El mensaje era: “Sonia has sido el amor de mi vida. Cuando te vi en aquel lugar sola y extrañada, me acerqué y con sólo mirarte pensé que eras la más inteligente y la más guapa de todas las mujeres que había conocido”. Sonia se sintió muy triste pero pensó que ya no podía hacer nada, que ya Javi estaba en un lugar mejor. Sonia nunca olvidó los ojos de Javi cuando le hablaba con sinceridad, y cuando se declaró. Sonia tampoco pudo olvidar ese amor que sentía por él y Sonia visitaba a Javi cada domingo y cada cinco de marzo el día que conoció a Javi.

Noche de Fantasía. Por Alberto Pérez Baña.

Sin saber cómo, sin ninguna explicación , Chloè, despertó en un bosque de hojas rojizas y amarillentas , cuyos troncos eran de árboles gruesos y robustos, y tenían raíces que salían de la tierra, donde pequeños mamíferos construían sus diminutas madrigueras. Chloè, una chica de cabello moreno y mechas rubias que no llegaban mas allá de sus hombros, de piel blanquecina y ojos oscuros como la noche, y de aproximadamente dieciséis años de edad, no se podía explicar de qué manera llegó a aquel hermoso lugar de tan bellos árboles. Estuvo caminando durante unos quince minutos hasta llegar a un pequeño riachuelo de caudal rápido y aguas cristalinas. Hasta se podía observar a los pequeños pececillos que nadaban a contracorriente. La chica fascinada por tanta belleza esbozó sin querer una sonrisa en su rostro. Era como un sueño, una hermosa historia, un cuento de princesas y hadas. Al caer la noche todo quedó sumido en un profundo silencio. Chloè cerró los ojos y, al volverlos a abrir, se encontró de repente en su habitación. Desde entonces Chloè, al dormirse, siempre regresa a aquel hermoso lugar con Adam, un chico q conoció en uno de sus regresos al bosque de los cuentos. Pero bueno, esa es otra historia .

Aventuras de Simbad. Por Pablo García Toledo.

Simbad consiguió convencer a los marinos para que, a cambio de joyas, lo acompañasen en su travesía. Visitaron una isla al este de Indonesia donde habitaban seres mitológicos increíbles, aun con ese tremendo riesgo, se hallaban allí por la gran variedad de piedras preciosas que se encontraban en aquel lugar paradisíaco. Después fueron a la isla llamada Pandora. Los marineros, ignorantes del peligro que les acechaba fueron sorprendidos por un animal alado de gran envergadura que los embistió, y se llevó a un marinero, Mustafá, que era el que llevaba el timón del barco. Tardaron unas horas en darse cuenta de que este señor ya no aparecería. Pero no se dieron por aludidos, decidieron caminar hasta el centro de la isla, porque suponían que allí los animales serían más pequeños y mansos. Cometieron un error, leve, pero que les pudo costar sus vidas, pues aquella hipótesis no era cierta. Cuando llegaron justo al centro de la isla contemplaron cómo voraces serpientes gigantescas se alimentaban de unas indefensas vacas, y junto a ellas estaba el animal que raptó a Mustafá. ¡Menuda carnicería! Podían contemplar como el cadáver de su compañero se descomponía en una piedra. Aquello era una pesadilla...

lunes, 8 de marzo de 2010

Poemas de amor. Por Esperanza Guerrero Gil.

Me muero, pero no lloréis por mí, porque tú me quieres y yo te quiero a ti. Te abrazaré, te besaré y te querré, pero nunca te olvidaré. Mi corazón palpitará, mis ojos relucirán y mis labios te desearán, todo eso ocurrirá cuando te vea al pasar.

jueves, 4 de marzo de 2010

Haikus. Por Rocío López González.

Fotografía: puesta de sol brilla como la luna. Las navidades: nieve fría siempre, días de invierno. El arbolito: bolitas colgadas. Brillan mucho.

Haikus. Por Cristina García Sanjuán.

Las palabras son como mariposas de primavera hoy. Las flores tardan en florecer, en casas con muchos duendes. Los árboles de verano lloran como personas hoy. Las hojas verdes de los árboles tristes no crecen tanto.

miércoles, 3 de marzo de 2010

La llave mágica. Por Sonia Hidalgo Sánchez

Os voy a contar una historia que ocurrió hace mucho tiempo en el parque de Pensilvania. Allí un hombre muy extraño, encapuchado y con unas gafas de sol negras que llegaban hasta la frente. Enterró en un sitio del parque una llave porque tenía miedo de que alguien malvado la quisiera para destruir el mundo. A día de hoy han encontrado esa llave en el parque y me la han dado a mí para cuidarla. Iba a anotar unas cosas de mi investigación en mi diario, que también tiene una llave para abrirlo, pero no la encontraba. Así que, aburrida con la llave, la metí en la cerradura y, de repente, la llave se transformó totalmente hasta encajar perfectamente en la cerradura del diario. Lo abrí y lo anoté todo. Pronto llamaron por teléfono. Era mi jefe que me estaba diciendo que si estaba cuidando bien la llave. Le expliqué lo que me había sucedido y él se estuvo riendo de mí, porque no me terminaba de creer.Le di vueltas y yo tampoco lo podía creer, así que probé la llave con otra cerradura completamente distinta y… aunque parezca imposible se transformó igual que había pasado con la otra. Llamé corriendo a mi amiga Melani y me aconsejó que me fuera a la cama a descansar. Así que pensé que tenía razón. Guarde la llave en un cajón con un candado. A la mañana siguiente cuando quise ver el estado en que se encontraba la llave, vi que había desaparecido. Pero, en ese instante vi en una fotografía que había tomado de la llave, que estaba partida por la mitad, pero se notaba muy poco. Así que el que tenía la otra mitad de la llave me la había robado para no se qué. Lo más raro era que encima de mi cajonera se dejó una servilleta de un bar llamado: "LO MEJOR DE LA CASA", así que decidí ir a ver si allí sabían algo. Me dijeron que solamente había pasado por allí un chico joven. Pregunté que si era un cliente común y me respondió que sí, que era como de la familia. Se llamaba Micael. Les pregunté si sabían dónde vivía y la mujer me lo dijo encantada. Pero justamente antes de darme la vuelta para irme me preguntó que para qué quería saberlo. Yo me inventé que era una vieja amiga de la escuela y tenía ganas de volver a verlo. Cuando llegué a la casa, no contestaba nadie. Llamé unas cuatro veces más hasta que al fin un joven muy apuesto y guapo, rubio, con ojos azules, me preguntó que quién era. Yo le dije la misma excusa que a la señora del bar. Así que me preguntó que cómo me llamaba Yo le dije que me llamaba Sonia, entonces, él me cedió el paso para entrar. Yo, un poco asustada, entré. Él me dijo que enseguida volvería, que iba a coger el diploma de la escuela. Entonces, curioseando, vi la mitad de la llave. La cogí y en ese momento vino él. Me la metí deprisa en el bolsillo y lo estuvimos viendo juntos. Yo, por supuesto, no aparecía entonces le dije que me seguramente me habría equivocado. Él no se lo creía mucho, pero me invitó a cenar en el bar de antes. Yo cedí encantada, ya que tenía lo que quería: la mitad de la llave. Creo que fue en la cena donde nos enamoramos, pero él tenía un secreto: él ya sabía que yo le había quitado la llave. Entonces quedamos al día siguiente en el parque. Estuvimos dando un paseo y él me dijo lo de la llave. Quise hacerme la tonta, pero como se me da muy mal mentir, pues se lo afirmé todo. Entonces él me empezó a perseguir y yo, deprisa, cogí mi coche y me fui a mi casa. Ya eran las 11.00 pm de la mañana y me disponía a dormirme, cuando en ese momento vi una sombra que se acercaba a mí. Era Micael, que me dijo que o le daba la llave o me mataba. Yo me negué completamente y él justo antes de tocar su cuchillo en mi pecho… ¡¡¡DING DONG!!! TODO FUE UN SUEÑO!!! Era mi novio Micael, que venía a traerme un ramo de flores y me invitaba a ir a la playa. Yo le dije que sí. Le entregué a mi jefe la llave y dije que no quería saber nada de ella. Al atardecer le conté todo lo del sueño y él se estuvo riendo. En mitad de la noche, junto a una luna preciosa, estuvimos caminado. Él se arrodilló y me pidió compromiso. Yo cedí y en ese momento me preguntó sobre la llave. Extrañamente aparecí de nuevo en mi habitación y yo custodiaba la llave, y no encontraba la llave de mi diario y la introduje de nuevo en la cerradura y....¿Otra vez el comienzo de la misma historia? TODAVIA NO SE ACABA EL CUENTO....HASTA LA 2ª ENTREGA.

Reseña de la película "El ataque de los dinosaurios"

El domingo vi una película de terror. Se llama El ataque de los dinosaurios . La película me ha gustado mucho por que hay acción y terror . Va de un grupo de siete españoles que han llegado a México a asaltar a una tribu de aztecas pero estos los han raptado. Un español está buscando algo de comer y encuentra a varios dinosaurios comiéndose a una tribu y el español carga un cañón y les dispara. Un dinosaurio queda en el suelo con el estómago abierto. Pero otro se acerca por detrás del español y le revienta la cabeza de un solo bocado. Los aztecas que tienen como prisioneros a los españoles, todas las noches alimentan a un dinosaurio dándole de comer a un humano . El cura le da un somnífero a cada azteca y los siete españoles y el cura enprenden un viaje por el bosque. Cinco dinosaurios aparecen de repente y se comen al cura y a tres de los españoles, pero los otros cuatro españoles cogen sus fusiles y se lían a pegar tiros, hasta que no dejaron a ningún dinosaurio en pie. Los otros cuatro españoles están muy asustados e intentan escapar escondiéndose en una gran cueva. Pero esa cueva está llena de dinosaurios. Hay una masacre dentro de la cueva: mueren tres españoles y doce dinosaurios. Al final el último español llena la cueva de dinamita y se queda dentro, la cueva revienta y ningún dinosaurio sobrevive.

sábado, 27 de febrero de 2010

Puro amor. Por Linda Nazaret Sánchez Ruiz

Una tarde, en otoño, llegó al pueblo abandonado un viajero que se había equivocado de camino. Llamó dubitativamente a la puerta de la primera cabaña y entonces apareció una mujer llorando, intentando secarse las lágrimas para no parecer demasiado triste, pero aun así, no podía dejar de llorar. El hombre, al ver a la mujer llorar la consoló, aunque no la conocía, pero no podía verla así. La mujer le invitó a pasar y el hombre aceptó. En la cocina le cuenta todo lo ocurrido. Su hija estaba enferma del corazón, estaba ingresada en el hospital y no tenía ningún donante. La mujer le cuenta también que el padre de la niña era el único que daba positivo, pero no quería saber nada de ninguna de las dos. El hombre apenado le pregunta. -Siendo un tema tan delicado, ¿el padre de tu hija no quiere saber nada? -No, la verdad es que él está con otra mujer y le importa más ella que su hija. Por eso no quiere donar.-Respondió ella. -Bueno, tu hija… ¿cómo se toma la enfermedad? -preguntó el hombre. -Todavía no lo sabe. Ella piensa que está en el Hospital porque la están cuidando -respondió ella. El hombre tomó una decisión: con el poco tiempo que llevaba allí, ya estaba conmovido, así que decidió que podía hacerse las pruebas para ver si podía donar. La mujer, aunque no quería que el hombre fuese el donante, no podía dejar que su hija muriese. Los dos llegaron al hospital y el hombre se hizo las pruebas. Dos días después, llegaron los resultados: daba positivo. La mujer rompió a llorar, pues ya en esos dos días entabló una buena amistad con él, y ya sentía que le quería, pero era por el bien de su hija. Se dirigieron hacia el hospital y allí lo arreglaron todo. Mientras preparaban la sala de operaciones, el hombre escribió una carta en la que decía: "Éstos días que he pasado contigo, han sido los mejores de mi vida, y espero que, mientras yo esté en el Cielo, seáis muy felices. Nunca estaréis solas, pues ella tendrá mi corazón." El hombre colocó la carta entre las cosas de la mujer. Una vez allí, los llevaron a la sala de operaciones y todo salió como estaba previsto. La madre de la niña cayó en una depresión, pero supo ahí que fue su primer amor de verdad y siempre estaría agradecida.. Leyeron las dos juntas la carta cuando la encontraron y la mujer se sintió culpable por ello.

Mi vida. Por María José Marín Sainz

Mi sentido de la vida no es más que mi opinión. Si queréis escucharme, yo os lo explicaré. Sólo deseo vuestra atención. Cosa difícil puede parecer, pero siempre con humor debe de ser. ¿Buscas algo? Yo también. Intenta luchar por él, y verás qué rapidez. Eso debes hacer. Con la esperanza de vivir, con la esperanza de sentir, esa es mi ley. Por eso os digo: NO LA OLVIDÉIS.

La niña de la casa. Por Miriam León Silva.

Érase una vez una niña llamada Anastacia. Tenía doce años recién cumplidos. Los cumplía el trece de noviembre de 1972. Su familia era la famosa familia Smiler. Anastacia era hija única y, por tanto, se sentía muy triste. Un día inesperado se escucharon unos tremendos y espeluznantes gritos. Ese fue el último día en que se supo algo más de los Smiler. Doce años más tarde, una niña llamada Ana Jonas Bieber y su padre Joseph Justin Jonas fueron a vivir a la casa de la familia Smiler, porque estaba de alquiler. Fueron a vivir allí durante unos cinco años. Los primeros días fueron normales, pero dos semanas después Ana estaba bañándose y en el momento en que Ana iba a meter su delicado pie en el agua, apareció una niña que estaba ahogándose en el agua, que se estaba transformando en sagre. Le pidió socorro. Ana sólo sabía chillar. En ese momento su padre llegó corriendo, abrió la puerta a patadas porque no conseguía abrirla y cogió a Ana y se la llevo en los brazos. Ana le contó todo lo sucedido a su padre, que no se echó a reír, porque cuando había ido a comprar al pueblo, le habían contado el mito o la historia de la familia Smiler. Joseph al principio se reía de las vecinas cuando le contaron el mito, pero cuando Ana le contó lo sucedido en el baño empezó a creérselo. Dos meses después Joseph se levantó de la cama para ir al baño y cuando llegó a la puerta del servicio la abrió y ...Joseph no se podía creer lo que estaban viendo sus propios ojos: estaba viendo una niña atada por el cuello con un cable ensangrentado. La niña, que era Anastacia, tenía el dedo señalando al cristal. Había algo escrito con sangre : “Ayúdame y serás recompensado”. Joseph investigó sobre su vida y lo que descubrió se le escapaba de las manos: el padre de Anastacia era científico de la NASA y un día iba a hablar con uno de los ministros del gobierno y, cuando fue a abrir la puerta, escuchó unos cuantos disparos. ¡Habían asesinado al ministro Don Alfonso de Pontevedra! El padre de Anastacia, que se llamaba Joseph Justin Jonas, corrió y corrió pero le echaron la culpa del asesinato cometido. Los verdaderos culpables se ocuparon de que Justin no contara el secreto y por eso asesinaron a toda su familia, uno a uno, despiadadamente. Cuando Joseph descubrió la verdadera historia de la familia de Anastacia, fue a buscar pruebas de dónde estarían los cuerpos. Un día estando en el huerto de la casa vio algo que sobresalía: era un dedo humano. Descubrió que era de Anastacia. Empezó a cavar y sacó a toda la familia al completo. Joseph los llevó a la policía y explicó todo lo sucedido. Unos cuantos meses pasados, Joseph recibió la visita de dos hombres con aspecto desagradable, pero antes de que a Joseph y Ana les pasaran algo, Anastacia intervino con su forma humana. La forma como mató Anastacia a los dos hombres no importa demasiado, Lo importante es que la familia Jonas se ha salvado.

Anastasia. Por Rosa María Lozano Camacho

Una tarde, en otoño, llegó al pueblo un viajero que se había equivocado de camino. Llamó dubitativamente a la puerta de la prima cabaña y entonces una anciana vestida con harapos abrió un poco la puerta y con el ojo izquierdo miró al muchacho. El joven le explicó que se había extraviado y le pidió que si podría ofrecerle cobijo, pero la anciana cerró la puerta sin decir palabra. Así que el joven tuvo que resguardarse en un cobertizo que encontró no muy lejos de la cabaña. La luz del alba que entraba por una grieta del cobertizo le obligó a despertarse y mientras se giraba para coger su mochila entró una muchacha morena que provocó un grito mutuo. - ¿Pero quién eres tú? ¿Cómo has entrado?- preguntó asustada la chica. - Me llamo Aitor y me perdí ayer al atardecer, pregunté a una anciana que no me ofreció cobijo y me vi obligado a pasar la noche aquí.- le explicó Aitor. - Aquella anciana es mi abuela y es un poco desconfiada. Siento las molestias que te causó. Me llamó Anastasia y, para resarcirte de las molestias, me gustaría invitarte a desayunar.- pidió Anastasia a Aitor. Él aceptó un poco asustado por la reacción que podría tener su abuela, pero las preocupaciones no sirvieron de nada, ya que la mujer no estaba. Anastasia pidió si podría contarle los motivos que le trajeron a aquel pueblo, ya que no lo visitaban muchos turistas y sólo lo habitaban poco más de tres familias. Aitor le contestó con la historia de amor más bonita que él conocía: la de sus padres, que murieron en un accidente de avión, y le dijo que, curiosamente, su madre también se llamaba Anastasia. Al escuchar aquella declaración, Anastasia se ofreció como guía para enseñarle el pueblo que enamoró a sus padres. Montados a caballo fueron a la “Romana”, la pequeña playa en la cual sus padres se conocieron, una noche, en la fiesta del pueblo. Después de pasar toda una mañana bañándose, tomando el sol y jugando al volleyball, fueron a almorzar a “El Halcón”, el restaurante más famoso del pueblo. Era un restaurante con un toque rústico, pero a la vez moderno, lo cuál resultaba muy acogedor. Después de comer decidieron volver a la cabaña y seguir con la visita al día siguiente. Durante toda la semana que Aitor estuvo de vacaciones visitó con Anastasia los lugares más bonitos del pueblo: fueron al castillo medieval que estaba construido en lo alto de un monte, al pequeño parque temático construido a las afueras del pueblo, visitaron el museo de cerámica del pueblo, hicieron senderismo, montaron a caballo y participaron en la recogida de manzanas. El último día que Aitor se quedaba en el pueblo empezaban las fiestas del pueblo, así que decidió ir acompañado de Anastasia. Aitor llegó primero a la playa, lugar donde darían comienzo las fiestas, y cuando apareció Anastasia con un vestido verde que hacia juego con sus ojos, Aitor quedó sorprendido por lo parecido que era aquel vestido de Anastasia al de su madre. Anastasia le explicó que antes del banquete recogían conchas, para hacer pulseras y collares que se venderían el último día de las fiestas, para recaudar dinero para arreglar algunos destrozos que había en el pueblo. Después de cenar todos se dirigían a la playa para bailar hasta las doce de la noche, cuando serían lanzados los fuegos artificiales, acto que le encantaba a Anastasia. Cuando llegó la hora de los fuegos artificiales todos se sentaban en la arena con sus familias. En ese momento Aitor le preguntó por su abuela ya que no la volvió a ver desde aquella tarde en la cual se perdió, pero ella no prestó demasiada atención. Aitor tenía la mirada posada en otro asunto que no eran los coloridos fuegos artificiales, sino más bien en una persona, y es que se iba con sentimientos que no traía. Aitor se armó de decisión y cuando terminaron los fuegos artificiales cogió a Anastasia del brazo y la llevó a un lugar apartado de muchedumbre. Una vez allí la miró y seguidamente la besó. Habían escrito una nueva historia de amor que pareció continuar una tradición, ya que los hijos, nietos y bisnietos de Aitor se perdieron, se enamoraron de una chica llamada Anastasia, morena, con los ojos verdes y nunca se supo nada de aquella anciana que toda la familia se ha topado, y que resultó ser la abuela de Anastasia. ¿Será todo una casualidad?

Aparición sorpresa. Por Marius Buhai

La historia comienza un día en el que miles de personas salen al campo a celebrar no sé que fiesta. Un hombre llamado Julián se quedó en su casa. Al medio día encendió un fuego. Espero no tener que contar por qué. De la primera llamarada salió un chico joven con aspecto tétrico. Este le dijo a Julián: -Julián debes matar a tres personas si no quieres morir. Julián le preguntó: -¿Cómo te llamas “sicópata”? El hombre contestó: -Soy Satanás y ahora haz lo que te he ordenado o si no morirás. -¿Y cómo sé yo que no me mientes si Satán es el nombre de la muerte? -Observa esto: si no me crees te enseñaré esto. Entonces levantó la mano y apareció una nube de humo. En esta se veía a un hombre que había cumplido la orden de Satanás, feliz en su mansión con su esposa y sus dos hijos. Julián aunque no quería matar a nadie salió corriendo de su casa. Se fue a una calle donde vivían nadie más que pobres mendigos a punto de morir de hambre. En este momento Julián decidió matar a los tres más desafortunados. Llamó a Satanás y le dijo: -Aquí están tus tres almas. -No debiste fiarte de mí. Ahora me llevaré tu alma. -¿Cómo pudiste ser tan tonto? Yo tan sólo necesitaba el alma de un asesino como tú. Dijo Satanás con su malévola sonrisa Julián pasó toda su eternidad en el infierno sólo por creer que Satanás sería de fiar.

martes, 23 de febrero de 2010

La Alegría. Por Linda Nazaret Ruiz Sánchez

Una tarde, en otoño, llegó al pueblo un viajero que se había equivocado de camino. Llamó dubitativamente a la puerta de la primera cabaña y entonces la puerta se abrió... El viajero pensó que era el viento, pero en cuanto entró en la casa supo que eso no había sido el viento. El viajero se llamaba Daniel. Sus ojos eran marrones, su pelo moreno, era bajo y un poco feo. Fue registrando la casa, en busca de alguien o algo… a lo largo de los pasillos se escuchaban voces. De repente llegó a su destino, al fondo de la habitación se encontraba una muchacha blanca como la leche, de ojos verdes y pelo moreno. El viajero, al ver tal bella mujer se quedó fascinado, pero supo que con ella no iba a tener ninguna relación amorosa. El viajero se acercó a la chica y le preguntó como se llamaba. Ella respondió: -Mi nombre es Alegría… bueno, ¿cómo te llamas? -Me llamo Daniel, mis amigos me lla.. Ella, sin dejarlo terminar, le dijo: -¡Corre, este sitio es muy peligroso!¡Se están acercando! -¡¿Quiénes?! -preguntó Daniel alterado. Ella se levantó y le pegó un empujón para que se metiese en el armario, pues ya estaban llegando. De repente, aparecieron un hombre, con un cuchillo de carnicero lleno de sangre goteando por el suelo, y una chiquilla pequeña, de unos cuatro o cinco años. En la cara de la chiquilla se reflejaban miedo y horror. El hombre, sin decir palabra, soltó a la chiquilla y la estrelló contra la pared. Entre llantos, tanto los de la niña como los de la muchacha, el hombre, sin más dilatación, cogió a la muchacha y se la llevó fuera de la casa. Daniel salió del armario y observó el estado de la niña. Tenía una herida en el brazo. Daniel no se lo pensó ni un segundo y se arrancó la manga de la camisa para parar la hemorragia. Acomodó a la niña en la cama y salió corriendo en busca de Alegría. Entre los árboles y plantas, escuchó a la muchacha gritar, y se dirigió hacia las voces que escuchaba. La encontró... pero el hombre le pegó con una tabla de madera en la cabeza y le dejó inconciente .Pasadas una horas, Daniel recobró la consciencia. Ya había anochecido. No sabía dónde se encontraba la chica, así que fue a por la pequeña a la casa. Por el camino de vuelta no podía dejar de pensar en la situación de Alegría: estaba demasiado asustado. Cuando llegó a la casa se dirigió hacia la habitación en la que se encontraba la chiquilla, pero... ya no estaba. El muchacho no sabía qué hacer, entonces pensó que si quería encontrar a las chicas, lo único que podía hacer era buscarlas y marcharse con ellas. Al amanecer, emprendió camino hacia el bosque. Pasadas dos horas, escuchó unas pisadas y se dirigió hacia ellas. Alegría y la pequeña estaban tiradas en el suelo. Él las reanimó. Alegría, nada más verlo, le abrazó tiernamente y le dijó: -¡Daniel, por favor, sácanos de aquí! -Claro que os voy a sacar de aquí... bueno, dime cómo está la chica -dijo con preocupación. -Tranquilo, está bien. Sólo está dormida -respondió Alegría. Daniel cargó en su espalda a la niña, y por el camino le preguntó: -Dime, Alegría, ¿dónde está el hombre ese? -Se fue, y todavía no ha llegado -respondió Alegría. Tranquilamente, Alegría, Daniel y la niña llegaron hasta una carretera y allí pasó un todoterreno, en el que subieron los tres... Parecía que por fin se habían salvado. El conductor se volvió y… resultó que era el secuestrador.

lunes, 22 de febrero de 2010

Poemas de amor. Por Samuel Mula Pineda

Yo soy el mar, tú eres el velero, que navegan juntos con un simple TE QUIERO. Quiero ser paloma para ir a la torre más alta, a ver qué cara pones cuando ves MIS CARTAS . Si crees que no te quiero asómate al balcón, cuenta las estrellas y multiplícalas por dos, verás cómo son muchas, PUES MAS TE QUIERO YO.

Un amor de locura. Por María José Marín Sainz

Una tarde, en otoño, un viajero que se había equivocado de camino llamó dubitativamente a la puerta de la primera cabaña y, entonces, se abrió y allí a lo lejos apareció la silueta de una mujer que le invitaba a entrar con la mano. El viajero aceptó y vio cómo su amada le abrazó dándole todo el cariño que él reclamaba. Por fin sus noches de angustia habían terminado. Su corazón palpitaba a la misma vez que deseaba escuchar algo que demostrara que no era un sueño. Pero, de pronto, llamaron a la puerta y un anciano quería explicarle que todo era mentira, que tan sólo era el espíritu de Doña Gregoria. A ella le gustaba matar a aquellas personas que estaban "locas por amor" y por eso no habitaba nadie en el pueblo. Extrañado por el comentario, miró hacia la oscuridad de la casa. Un frío le recorría todo el cuerpo al comprobar que efectivamente no existía nadie. El anciano le había hecho entrar en razón. Los dos, asustados, prefirieron marcharse, pero en ese momento el espíritu de Doña Gregoria se desvanecía. De sus restos apareció otra mujer igual a ella. Sólo un rechazo pudo romper la maldición que la encarcelaba. Después de todo lo ocurrido, el pueblo volvió a la normalidad y, claro, el viajero y Doña Gregoria, al demostrarse su amor mutuo, se casaron. Lo extraño es: ¿SERÁ ESTA VEZ DE VERDAD?

Cuento de amor. Por Rocío López González

Una tarde, en otoño, llegó al pueblo abandonado un viajero que se había equivocado de camino. Llamó dubitativamente a la puerta de la primera cabaña y entonces una chica abrió la puerta y mi mirada y la suya se encontraron. Era realmente hermosa. Ella me preguntó qué quería y le dije lo que me ocurría. Ella buscó una solución y me invitó a entrar en su cabaña. Yo acepté. Le pregunté por qué el pueblo estaba abandonado. Ella me respondió. Pasaron dos semanas con la misma rutina: salir a coger moras, ayudar en su casa, hasta que decidí ir a buscar a la gente. Ella me pidió que no lo hiciese y entonces me confesó que me quería. Yo también le dije lo mismo. En ese momento los dos decidimos ir juntos en busca de la gente. Pasaron dos meses desde que habíamos ido a buscar a las personas. Nunca nos separábamos hasta el día que encontramos a las personas del pueblo. Habían estado fuera del pueblo para manifestarse por la inseguridad que había en él. Al volver a la cabaña, le dije que era hora de que me fuese de vuelta por el camino por el que me había perdido. Ella me suplicó que me quedase, pero no yo no podía. Sabía que si me quedaba no podía ir a cumplir mi promesa. Le di un beso en su cálida mejilla y me fui. Ella sabía que yo no la dejaría de querer, pero, aun así, no quería que me apartase de su lado. Seguí mi camino en busca de aventuras hasta llegar a mi destino y con la confianza de que había dejado mi amuleto en su cuarto. Al llegar a mi destino sabía que podía ya volver con mi adorada joven. Al llegar al pueblo me dijeron que ella se había marchado sin dejar rastro. Me dispuse a volver a mi casa sabiendo que por muy lejos que estuviésemos siempre nos llevaríamos en el corazón. Dejé atrás este amor imposible dejándolo en uno de mis apacibles recuerdos.

Aullidos siniestros. Por Marius Buhai

Una tarde, en otoño llegó al pueblo un viajero que se había equivocado de camino. Llamó dubitativamente a la puerta de la primera cabaña y entonces la puerta se abrió sola. El viajero asustado por el frío que salía de la cabaña, entró y se dirigió hacía la cocina para ver que encontraba de comer; al abrir el primer armario se encontró una rata muerta. Al abrir el segundo armario se encontró una cabeza de persona. El viajero se asustó tanto que había salido corriendo de la cabaña. Una vez fuera él se encontró un perro medio muerto. Este se quiso acercar a él pero cuando lo miró con más tranquilidad observó entre sus dientes un trozo de carne y pensó: ¿Pero cómo puede tener este perro carne entre los dientes si no hay ni un alma , no será que este perro ha… ha… ha ma… ma… matado al... ¡Ahhhhhhhh! Esta última palabra hizo que el hombre echase a correr como un leopardo tras su presa. No paró hasta que se había alejado del pueblo, cuando se dio cuenta se encontraba en el camino que lo llevaba hasta Nueva York. Cogió su coche y se fue. Llegó a su piso. Allí le esperaban dos agentes del F.B.I. que le acusaron del caso de la persona encontrada en el pueblo. Este se declaró inocente, pero los guardias le dijeron que habían encontrado sus huellas en el armario dónde se encontraba la cabeza. Luego llegó el perro, y el hombre llamado David les enseñó la carne que este tenía entre los dientes. Estos le hicieron la prueba de A.D.N. y estos coincidían. Iban a sacrificar al perro pero este desapareció como por arte de magia . Los agentes se fueron a Los Ángeles que estaba recién reconstruida, como Nueva York. Después de unos cuantos meses el hombre tuvo una pesadilla con el perro y con el muerto . Luego, cuando despertó de la pesadilla, se fue al cementerio dónde habían enterrado al hombre o lo que quedaba de él. El perro se encontraba tras la lápida en que ponía:"Los perros no son nuestros amigos. Uno solo puede ser como el diablo." El perro le mordió la pierna y este se fue. Mientras David intentaba llegar al hospital el perro huyó de nuevo. Le curaron la pierna y se fue a su casa . Cuando llegó, la cabeza le daba muchas vueltas. Se acostó y a la hora de levantarse ya se encontraba en su trabajo. Llegaron sus compañeros y le preguntaron por el perro que había en la puerta. Cuando David fue a ver al perro se cayó por las escaleras y murió. A partir del día del enterramiento cada noche se escucha en su tumba como un aullido a la luna. El perro murió al cabo de los 3 meses pero lo más extraño es que el aullido seguía produciéndose.

domingo, 21 de febrero de 2010

Destino. Por Sonia Hidalgo Sánchez

Una tarde, en otoño, llegó al pueblo abandonado un viajero que se había equivocado de camino. Llamó dubitativamente a la puerta de la primera cabaña y entonces salió una bella dama con los ojos verdes y de pelo rubio. Vestía un hermoso camisón rosa de seda con brillantes y unas babuchas a juego con el camisón. El viajero se quedó sorprendido por la belleza de la joven y le preguntó por el camino de regreso. Ella le dijo que era demasiado tarde, que si quería le podía permitir quedarse a pasar la noche. Él respondió que vale. Durante la cena se enamoraron completamente el uno del otro. Como la joven sólo tenia una cama, esta se la cedió al viajero y ella se haría una cama de paja en el suelo. Él se negó completamente, y al final acordaron que él dormiría en el suelo y ella en la cama. A la mañana siguiente sonó la puerta. Era el novio de la joven que le venía a buscar para llevársela a dar un pase, ya que tenían que preparar la boda, que era al día siguiente. El prometido de la joven le preguntó que quién era aquel joven. Ella se lo explicó todo y el prometido lo miró con cara muy seria y un poco celosa, ya que el muchacho era muy guapo. La joven invitó al viajero a su compromiso. El viajero aceptó encantado. Al día siguiente el viajero ayudó a la joven a preparar el ramo de novia. Él le dijo todo lo que sentía el hacia ella (amor, cariño...).Ella le dijo que sentía lo mismo por él. Así que el viajero se fue a la iglesia y se sentó en uno de los bancos. La joven, cuando iba caminando hacia el altar, pensaba todo lo que le había dicho el viajero. Cuando llegó al altar, junto con su prometido, y el cura le preguntó al prometido si quería casarse con la joven este dijo que si y cuando llegó el momento de preguntarle a la joven, se le vinieron un montón de recuerdos a la cabeza. También recordó lo que le había dicho su madre, ya muerta: que lo único que debía seguir en su vida era a su corazón. Por todo ello, la joven dijo que quería al viajero. Así que el viajero se levantó del asiento y el prometido de la joven dijo que él también quería a otra mujer. Así que ese mismo día hicieron una boda conjunta. El prometido de la joven con la muchacha que amaba y el viajero con la joven. En el convite de la boda, ya que la tarta era de seis pisos repartieron tres para cada pareja. El viajero hizo una cabaña y tuvieron una hija preciosa llamada Destino ya que fue el destino quien los había unido.

Una historia de amor. Por María Rodríguez Abeja

Una tarde, en otoño, llegó al pueblo un viajero que se había equivocado de camino. Llamó dubitativamente a la puerta de la primera cabaña y entonces apareció Gisella, una bella joven, como él, y de ojos azules. Gisella le preguntó que quién era. Este le contestó que venía de Francia y se llamaba Luis. Ella le preguntó qué era lo que quería. Él le contestó que vino de viaje y se había extraviado y entonces llego aquí. Gisella le dejó entrar. Luis se lo agradeció pero le preguntó que si la podía ayudar en algo para pagar así su estancia. Gisella le ofreció trabajo en la panadería en la que ella trabajaba como panadera y si él quisiera le podría traer los ingredientes a la panadería. Este aceptó. Al día siguiente empezaron a trabajar. Mientras Luis iba camino a la panadería pensaba: ¿Como es posible que Gisella me haya acogido tan bien? Se lo preguntaré. Cuando este entró le preguntó lo que pensaba. Gisella le dijo que su tío conocía a su padre. Y ambos se conocían de pequeños, de hecho, él tenía que recordar que la había querido mucho, pero se lo llevaron a la guerra. Gisella sentía algo por él, le envió cartas que no le llegaron. Luis y Gisella recordaron viejos tiempos. Ambos retomaron el amor que existía entre ellos. Y sacaron el negocio adelante, siendo felices para siempre y sin nada que los separe nunca más.

Una voz siniestra. Por Paloma Alexandra Canca Pérez

Una tarde en otoño llegó al pueblo abandonado un viajero que se había equivocado de camino. Llamó dubitativamente a la puerta de la primera cabaña y entonces, sintió un frío helador por todo su cuerpo mientras la puerta se abría. Sus bisagras chirriaban y un olor raro, aunque agradable, salía del interior de la cabaña. Se dispuso a entrar en ella y, pese a todas estas sensaciones, en ese momento pensó que sería un buen lugar para pasar la noche. Recogió un haz de leña e hizo una fogata en medio del recinto y se preparó para dormir. Dormía profundamente, pues el cansancio del camino le había fatigado mucho, cuando de pronto sintió en lo más profundo de su sueño unos gritos de mujer. Sentándose este sobre el saco de dormir espero oír de nuevo el grito pero la espera resulto inútil. Pasó durmiendo el resto de la noche y la mañana siguiente se presentó fria y con niebla. Dispuesto a explorar el pueblo, vio en el centro de este, una iglesia. Entró y notó lo tenebroso del lugar: sólo tenía cuatro bancos, el altar, las columnas y un trozo de techo cubierto por la niebla. Cuando de pronto se le acercó una mujer. Le dijo que quería, desde hace años, descubrir de dónde venían esos gritos. Se hicieron amigos y se pusieron de acuerdo para buscar la procedencia de esos gritos. Caminando hacía el monte, en un descampado había decenas de ratas, que por las noches se peleaban entre ellas y sus alaridos parecían chillidos de personas. Ahí termino la historia de la mujer que chillaba todas las noches. El viajero y la mujer durante la búsqueda se enamoraron. Se fueron a vivir a la casa de la mujer y al cabo de los años tuvieron dos hijos llamados Alfonso y Alexandra. Fueron una familia muy feliz.

Los muebles vivos. Por Alberto Sánchez Fernández

Una tarde de otoño llegó al pueblo abandonado un viajero que se había equivocado de camino. Llamo dubitativamente a la puerta de la primera cabaña y entonces salió un hombre mayor. El viajero le dijo que si se podía quedar a dormir esa noche. El hombre mayor le dijo que sí, pero que tuviera cuidado. Entonces el hombre mayor le acompañó a su cuarto y en un abrir y cerrar de ojos desapareció. El viajero dejó las maletas en el cuarto. Después al viajero le entró mucha hambre y salió a buscar al hombre mayor y, de repente, miró hacia atrás y vio dos armarios corriendo tras él. El viajero gritaba: “socorro”, y de repente apareció el hombre mayor. El viajero le dijo: -¡Esta casa esta embrujada! Me perseguían dos armarios. -Pues yo no he visto nada. El viajero, desconfiando de sus sentidos, dijo: -Ah, da igual. Déjalo, ¿tienes algo para darme de comer? -Si, te daré una sopa bien calentita. El viajero terminó de comer y se fue a su cuarto. Se acostó en la cama y entonces empezaron a abrirse y cerrarse las ventanas del cuarto y los muebles le decían: -Vete de aquí o, si no, prepárate para morir. El viajero empezó a correr por los pasillos y los muebles del cuarto le perseguían. De repente se encontró con el hombre mayor y le dijo. -Mire los muebles: me están persiguiendo. -Yo no he visto nada. Tienes que ir al médico. -Más bien tendrá que ir usted, porque está ciego. Yo me voy de aquí porque no quiero que me persigan otra vez los muebles. Entonces el viajero se fue y ya no volvió más por allí.

sábado, 20 de febrero de 2010

Viaje de pesadilla. Por Rosario Menchón Acosta.

Una tarde, en otoño, llegó al pueblo abandonado un viajero que se había equivocado de camino. Llamó dubitativamente a la puerta de la primera cabaña y entonces encontró a una mujer sentada en una silla vieja. Estaba amarrada, con la boca tapada y con lágrimas en sus ojos. Presentaba numerosos cardenales en su cara. La muchacha levantó su mirada y vio al viajero. El se puso muy nervioso y decidió quitarle las cuerdas y el celofán de la boca. Ella se llamaba Laura era morena, alta, delgada y con los ojos azules; y él Nicolás: rubio con ojos negro como el carboncillo, delgado y alto. Cuando él le quitó la mordaza de la boca, ella le dijo: -Te pido, por favor, que me ayudes a salir de aquí, y huyamos los dos juntos, este lugar es muy peligroso. -Claro que te ayudaré a salir de aquí. Pero antes dime qué te ha ocurrido y por qué estás en este estado – contestó Nicolás. De repente se escuchó una camioneta llegar con un desagradable ruido. Alguien se había bajado y le dio un portazo a la puerta del coche, que parecía que la había descuadrado. -¡ Ya están ahí! Hay que salir de aquí lo más pronto que podamos Nicolás – contestó la chica. Los muchachos salieron por la parte trasera de la casa, corriendo lo más rápido que podían hacia el bosque. Cuando los dueños de la cabaña abrieron la puerta, presentaban caras desfiguradas, cuerpos gruesos… Era todo muy extraño .Uno de ellos traía un hacha con sangre reciente en su mano izquierda y el otro el cuerpo de una persona. Nada más entrar en la cabaña se dieron cuenta de que Laura había desaparecido. Dejaron el cadáver en la puerta, el hacha…. Y se montaron corriendo en la camioneta a buscar a Laura por el bosque. Estaba anocheciendo y los jóvenes encontraron un lugar seguro para esconderse y protegerse de los animales salvajes y de los salvajes dueños de la cabaña. Laura preguntó: -¿Qué te ha traído hasta este lugar tan desagradable, Nicolás? -Estaba buscando otro pueblecito para quedarme allí durante un tiempo y conocer sus fiestas, sus costumbres… A eso me dedico, y el destino me ha traído hasta aquí para conocerte y vivir una pesadilla. ¿Y tú, por qué estás aquí? -Me iba de fiesta con unas amigas. No bebimos nada, pero no sé qué pasó. Pinchamos una rueda y nos paramos a ver qué pasaba. Dos de mis amigas se fueron a buscar una gasolinera pero no volvieron y las otras tres fuimos a esa cabaña para ver si nos ayudaban. Cuando llegamos, no secuestraron unos tipos con un físico desagradable. Nosotras dábamos pequeños pasitos hacia atrás hasta que uno de ellos nos empujó hacia adelante. A cada una de nosotras nos metieron en una habitación diferente para no comunicarnos. Mataron a mis amigas y, supuestamente, hoy me tocaba a mí. -¿Por qué todo su afán es matar a personas? –Preguntó Nicolás. -No lo sé, pero cuando yo estaba atada a la silla, a mi alrededor había botes transparentes con órganos humanos metidos en líquido. Esto horrorizó a Nicolás, que dijo: -Hay que salir de aquí lo más pronto posible. Esos tíos matan a personas para comérselas. De repente se escucharon unos ruidos de personas andando, que iban con linternas e iluminaban aquella parte; Nicolás le tapó la boca a Laura por si eran esos dos locos. Cuando de momento se escuchó a dos mujeres gritar: -¡Laura, Laura! Entonces Laura se fue corriendo hacia ellas: eran sus amigas Sara y Raquel que estaban vivas (eran las dos chicas que fueron a la gasolinera cuando se pincharon las dos ruedas del coche).Laura presento a Nicolás a sus amigas. Y estuvieron hablando: -Laura, ¿donde están Virgi y Saray? – preguntó Sara. -Chicas, aquí pasan cosas rarísimas, dos tipos nos secuestraron y las mataron a las dos. A Nicolás lo conocí porque casualmente abrió la puerta de la cabaña y me ayudó a salir .Seguramente me estarán buscando, pero no saben la existencia de ustedes, y pase lo que pase, debemos salir de aquí los cuatro juntos -dijo con lágrimas en los ojos. -Claro que si. Saldremos todos juntos. –Repitieron las chicas. Al día siguiente comenzaron a andar para poder salir de allí .Iban los cuatro en fila india. Raquel iba la última. Pero los asesinos les tendieron una trampa. Uno de ellos estaba escondido y le clavó una flecha en la pierna. Ella metió un chillido que hizo que todos se giraran y la vieron tirada en el suelo. También vieron al arquero. Nicolás dijo: -De aquí no se sale vivo. Voy a por él. Ayudad a Raquel y le hacéis un torniquete. Si escucháis ruidos os vais. Nicolás fue tras él pero no le dio tiempo a alcanzarlo, porque este cogió la camioneta y se marchó. Nicolás regresó corriendo a donde permanecían las chicas, cuando llegó se encontró a Sara y a Laura abrazadas llorando y a Raquel en el suelo: había muerto. Nicolás les dijo: -Hay que ser fuertes para poder salir de esta pesadilla. Ahora saben que somos más. Las chicas no querían dejar allí tirada en el suelo a su amiga, pero si querían escapar de allí tenían que huir lo más pronto posible .Los tres se fueron corriendo. Escucharon caer agua y se arrimaron más al lugar, puesto que estaban deshidratados. Era un pequeño riachuelo y allí bebieron agua. Las chicas se sentaron en una piedra mientras que Nicolás tomaba agua; cuando este fue donde estaban ellas, ninguna de las dos estaban, habían desaparecido .Cuando se dio la vuelta, vio como los dos tipos se metían en la camioneta. Al principio corría y corría para alcanzarlos pero se paró, porque sabia que si lo cogían a el también, los matarían a los tres. Por la noche, siguió andando hasta que vio la cabaña. Los dueños se habían marchado a buscar a Nicolás al bosque. Cuando este entró en la casa, llamó a las chicas. Cada una estaba en una habitación diferente con un candado en la puerta. Encontró un hacha y fue abriendo todas las puertas de la casa puesto que todas tenían candados puestos. La primera habitación en la que entró, estaba llena de sangre por los suelos y botes con órganos humanos. La segunda era la habitación de los dueños. En la tercera estaba Sara. Al verla creyó que estaba dormida, pero cuando la desató, se dio cuenta de que no tenía pulso y no respiraba. La mataron; no sabía como decirle a Laura que la única amiga que le quedaba estaba muerta también. Siguió buscándola y cuando la encontró, le explicó que habian matado a su amiga a su amiga; la pobre se hartó de llorar. Nicolás la abrazó y le dijo: -Hay que salir de aquí, ahora es el momento, tienes que ser fuerte. Cuando fueron a salir de la cabaña vieron que los dueños los estaban esperando en la puerta, les tendieron una trampa. Nicolás le dijo a Laura que se quedara en la casa. Y salió por la puerta trasera sin que los otros se enteraran; cogió un hacha y se la clavó a uno de ellos. El otro no se quedó quieto y le golpeó tan fuerte que lo dejó tirado en el suelo haciéndose el inconciente. Ahí es cuando salió Laura se echó encima de el y le clavó las uñas en la cara: Nicolás en ese instante le clavó el hacha en la espalda y es cuando murió desangrado .Nicolás y Laura se montaron en la camioneta hasta llegar a un pueblo y avisar a la policía de lo ocurrido. Esperando a la policía los dos se besaron y la pesadilla llegó a su fin. O eso creían…

Spide. Por Mari Paz Sánchez Ruiz

Una tarde, en otoño, llegó al pueblo abandonado un viajero que se había equivocado de camino. Llamó dubitativamente a la puerta de la primera cabaña y entonces apareció un hombre vestido de negro que lo invito a pasar. El viajero entró a la casa muy decidido ya que aquella noche hacía mucho frío. Y no le pareció rara la vestimenta de aquel señor tan amable. Antes de que se me olvide: aquel viajero se llamaba Spide. A la hora de la cena Spide, le contó lo que le había sucedido a Cristian, el hombre que le había acogido. Spide le preguntó a Cristián si lo podía ayudar. -¿Cristián, me puedes ayudar? -Por supuesto, ¿qué necesitas? -Que me lleves a mi casa. -Vale, duerme hoy aquí para mañana ponernos en camino. Te enseñaré tu cuarto. -Muchas gracias. -No hay de que -finalizó Cristián. Cristián le enseñó el cuarto a Spide y le dijo: -Spide aquí está tu cuarto, entra y acomódate. Spide le respondió: -Muchas gracias, Cristián, eres muy amable. -No hay de qué, Spide. Cuando se fueron a dormir todo estaba muy tranquilo, pero Spide no se imaginaba lo que iba a suceder por la madrugada: Spide escuchó un ruido y se levantó a ver qué sucedía, y no había nada fuera de lo normal, pero fue a ver donde estaba Cristián, y no lo encontró. De repente se escuchó un ruido de cadenas, Spide muy asustado intentó escaparse de la cabaña, pero la puerta estaba cerrada. Intentó abrir una de las ventanas, pero estaba atrancada. Spide escuchó cómo las cadenas se iban acercando, y su corazón se aceleraba cada vez más. Spide intentaba buscar una salida, pero todo estaba cerrado. Encontró su única salvación que era un túnel que le llevaría hacía la parte trasera de la cabaña. Cogió ese atajo y el ruido de las cadenas se fue alejando cada vez más. Spide, aliviado, respiró hondo al saber que ya estaba a salvo, pero en ese mismo momento se despertó y se dio cuenta de que todo había sido un sueño. Al día siguiente decidió dar una vuelta para despejarse y, de pronto, vio a Cristian, el hombre que le había acogido en su casa aquella noche, pero no todo era igual porque ya lo conocía. Spide, al ver a Cristian, decidió salir corriendo para su casa. Pero se perdió y llamó dubitativamente a la puerta de la primera cabaña…