sábado, 27 de febrero de 2010
Puro amor. Por Linda Nazaret Sánchez Ruiz
Una tarde, en otoño, llegó al pueblo abandonado un viajero que se había equivocado de camino. Llamó dubitativamente a la puerta de la primera cabaña y entonces apareció una mujer llorando, intentando secarse las lágrimas para no parecer demasiado triste, pero aun así, no podía dejar de llorar.
El hombre, al ver a la mujer llorar la consoló, aunque no la conocía, pero no podía verla así.
La mujer le invitó a pasar y el hombre aceptó. En la cocina le cuenta todo lo ocurrido.
Su hija estaba enferma del corazón, estaba ingresada en el hospital y no tenía ningún donante.
La mujer le cuenta también que el padre de la niña era el único que daba positivo, pero no quería saber nada de ninguna de las dos. El hombre apenado le pregunta.
-Siendo un tema tan delicado, ¿el padre de tu hija no quiere saber nada?
-No, la verdad es que él está con otra mujer y le importa más ella que su hija. Por eso no quiere donar.-Respondió ella.
-Bueno, tu hija… ¿cómo se toma la enfermedad? -preguntó el hombre.
-Todavía no lo sabe. Ella piensa que está en el Hospital porque la están cuidando -respondió ella.
El hombre tomó una decisión: con el poco tiempo que llevaba allí, ya estaba conmovido, así que decidió que podía hacerse las pruebas para ver si podía donar.
La mujer, aunque no quería que el hombre fuese el donante, no podía dejar que su hija muriese.
Los dos llegaron al hospital y el hombre se hizo las pruebas.
Dos días después, llegaron los resultados: daba positivo. La mujer rompió a llorar, pues ya en esos dos días entabló una buena amistad con él, y ya sentía que le quería, pero era por el bien de su hija.
Se dirigieron hacia el hospital y allí lo arreglaron todo. Mientras preparaban la sala de operaciones, el hombre escribió una carta en la que decía:
"Éstos días que he pasado contigo, han sido los mejores de mi vida, y espero que, mientras yo esté en el Cielo, seáis muy felices. Nunca estaréis solas, pues ella tendrá mi corazón."
El hombre colocó la carta entre las cosas de la mujer.
Una vez allí, los llevaron a la sala de operaciones y todo salió como estaba previsto.
La madre de la niña cayó en una depresión, pero supo ahí que fue su primer amor de verdad y siempre estaría agradecida..
Leyeron las dos juntas la carta cuando la encontraron y la mujer se sintió culpable por ello.
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Muy bien, Linda. Desde el título hasta el final que lo deja todo un poco en el aire. ¡Si hasta me he emocionado!
ResponderEliminarGracias,profesor.
ResponderEliminarLinda, te felicito, me ha gustado mas esta historia, que la anterior, pero aun asin, la otra también estaba muy bien elavorada y todo...
ResponderEliminarLinda me encanta esta historia,se parese mucho a la cancion que me dijiste la otra vez no se si sera la cancion o no pero me gusta mucho,felicidadeshhk
ResponderEliminarLinda.. hija.. la historia está bien..
ResponderEliminarpero se nota que es de mi cancion :)
claro.. pero está muy cambiada.Lo que tiene es lo de la enfermedad.
ResponderEliminarEs una historia preciosa y muy conmobedora,me ha encantado . !!FeLiCiDaDeS!!
ResponderEliminarlinda me ha gustado mucho un vocabulario muy vueno pero la madre no se tenia que sentir culpable de ello porque acepto pero bueno esta muy bien
ResponderEliminarLinda tu historia es muy bonita , ¡te felicito!
ResponderEliminarestá muy bien pero podria mejorarse el final por lo demás está bastante bien felicidades
ResponderEliminarLinda, tu historia me parece muy real y por eso me gusta. Espero que hagas otra porque estoy deseando.
ResponderEliminarFELICIDADES.
Esta muy bien no esperaba menos de ti.
ResponderEliminarLinda, tu historia me parece muy real y por eso me gusta. Espero que hagas otra porque esta me ha encantado y supongo que la siguiente también.
ResponderEliminarFELICIDADES.