domingo, 21 de marzo de 2010

La historia más sangrienta. Por Álvaro Gómez Vico.

Una tarde, en otoño, llegó al pueblo un viajero que se había equivocado en el camino. Llamó dubitativamente a la puerta de la primera cabaña y entonces un hombre le abrió la puerta y se metió para adentro. Tenia la cara deformada, al ver a aquel hombre comiéndose un hígado supuestamente humano, salió corriendo de aquella casa infernal, se adentró en el bosque y cogió un tronco y se lo estampó contra la cara, aprovechó el descuido y le metió un puñetazo en la boca. Se quedó paralizado al ver que aquel hombre era su mejor amigo, y le contó que el hígado era de vaca y el cuerpo, que había junto a él, un muñeco El viajero se quedó más tranquilo y entraron en la casa. Cuando entró le dio un aire infernal que se estampó contra su cara con una fuerza increíble. Pensó que era un fantasma pero se decidió a no pensar cosas así. Él le dijo que le esperara en el salón mientras hacía unas cosas. La inquietud le llevó a asomarse por la ranura de la llave y vio algo inexplicable: lo vio luchando con una catana contra dos bestias. Al principio parecía que iba a morir devorado por ellas, pero luchó, los mató y después devoró sus tripas con una satisfacción increíble. Aquello le revolvió el estómago y no pudo aguantar más, intentó abrir la puerta pero estaba cerrada por fuera con llave. Asustado reventó la ventana a puñetazos e intentó salir por la ventana, pero algo le cogió del cuello y le empotró contra el techo. Estaba asustado. No sabía qué hacer hasta que el asesino le pegó un puñetazo en la nuca y se quedó inconsciente. Se despertó en el sótano y estaba amarrado con una cadena a una tubería. A su lado había cinco mujeres y cuatro hombres. Venía todas las noches y se llevaba a dos de las mujeres, y las violaba en una habitación. Cada vez que se las llevaba no dejaban de gritar. Siempre que salían de allí había un olor horrible. El hombre deformado se hartó de ellas y decidió quitarles las cadenas a las mujeres, que se fueron corriendo, esperanzadas, de aquel sitio, pero algo horrible les esperaba arriba. Era una bestia aun más fea que el otro, mucho más fuerte y tenía el cuerpo lleno de heridas infectadas de pús: a simple vista parecía un zombie. No volvimos a saber nada de ellas, lo único que escuchamos fue un terrible grito de espanto. Llevábamos un mes allí abajo alimentándonos de ratas y de nuestros propios excrementos. Llegó un momento en que pensábamos que todas las bestias y zombies habían muerto, pues una noche entraron un grupo de militares y aquello se convirtió en una matanza. Varios militares se introdujeron en otros sótanos y mataron a cientos de zombies . Aquello era increíble: toda la casa estaba llena de zombies corriendo de un lado para otro pues sabían que los militares los aniquilarían. Se llevaron tres días matando zombies, hasta que varias bestias se comieron a todos los militares menos a tres soldados que se escondieron en el sótano con los prisioneros. Los militares los desataron y les dieron pistolas y porras a los cinco hombres. Una bestia abrió la puerta y se metió allí con una motosierra. Mató a sangre fría a cuatro muchachos y uno de los militares subió rápidamente al cuarto de estar, cogió varias catanas y se fue para el sótano. Ellos no podían con él, así que le metí una catana por la nuca y lo dejé en el sitio. Los cuatro subimos rápidamente y encontramos puertas y ventanas tapiadas con ladrillos. Todo el suelo estaba lleno de cadáveres podridos y un montón de sangre y tripas. Habían escapado un montón de zombies y todavía había más sótanos llenos de ellos. Todas las bestias estaban muertas porque los zombies descuartizaron a cada bestia, se creían que los zombies nada más que se alimentarían de humanos pero no fue así . Las bestias se iban a otras ciudades y ponían bombas lacrimógenas con grandes dosis de cloroformo en cada escalera, así seria mas fácil transportarlos, después les inyectaban venenos y líquidos muy fuertes y después los dejaban en los sótanos para que se matasen unos a otros. Las bestias tenían sus propios humanos para alimentarse. Los cuatro encontraron un pasillo subterráneo que daba al bosque y que medía más de cincuenta kilómetros y emprendieron una caminata hasta llegar al final del pasillo. Ahora el peligro era que había más de ochenta zombies corriendo por el bosque, pero no era cierto: otro grupo de militares más numeroso mató a todos los zombies y, de repente, escuchamos una fuerte explosión que venía de la casa y vimos cómo se hacía pedazos. Los tres militares le contaron al hombre que aquellas bestias habían matado a más de diecisiete mil personas y que tenían a más de cuatro mil zombies encerrados en los sótanos.

6 comentarios:

  1. Vaya, Álvaro. Ahora entiendo qué es lo que te gusta en las películas. Eso se llama "gore". Pero hay unas cuantas cosas que no entiendo. Ya hablaremos.

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  2. No es el tipo de historias que me gustan, tienes una imaginación bastante siniestra, hay cosas que no has explicado bien y que por eso no se entiende del todo bien la historia, sin embargo hay una cosa que si me ha gustado mucho y es que has sido muy detallista en la historia.

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  3. ALVARO TE FELICITO ESTA HISTORIA ES GUAPISIMA ME A ENCANTADO SOBRE TODO LA PARTE DE LOS MILITARES Y EL ZOMBI CON LA MOTOSIERRA

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  4. Esta historia me gusta mucho porque tiene mucho terror y mucha acción , pienso ademas que es la mejor historia de terror que se ha hecho en este blog .Enhorabuena pienso que es la mejor historia que he leído hasta ahora.

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  5. Álvaro, sin duda, todo lo que tenga que ver con zombies te encanta... ¡MIRA TODAS LAS NOCHE DEBAJO DE TU CAMA, NO VAYA HACER QUE HAYA UNO...!

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  6. Álvaro tu historia es: bonita no puedo decir, yo diría mejor muy sangrienta, como indica su título. Te felicito porque lo has explicado muy bien y como Rosario dice: se nota que te gustan los zombies.

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